Metapolítica
Ciudad de México.- El gobierno de China rechazó hoy los llamados de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para permitir nuevas investigaciones en su país sobre los orígenes del COVID-19, afirmando que apoya un enfoque “científico” y no “político” para establecer cómo se inició el virus.
Los primeros pacientes con este virus fueron identificados a finales de 2019 en Wuhan, China. Después, el virus se extendió por todo el planeta y ha dejado más de cuatro millones de muertos y consecuencias graves en las economías del mundo.
Los científicos continúan rastreando su origen: transmisión de un animal o fuga de un laboratorio chino. Pekín se opone a esta última hipótesis, puesto que no quiere parecer responsable de la pandemia.
En enero de 2020, un equipo de expertos internacionales enviados por la OMS visitó Wuhan para un estudio de “primera fase” sobre el origen del virus.
En el informe, resultado de la colaboración con especialistas chinos, se concluyó que el virus había pasado de los murciélagos a los humanos a través de un animal intermediario. Consideraron, incluso, “extremadamente improbable” que el virus procediera de un laboratorio.
Estados Unidos defendió la segunda hipótesis, pero en un contexto de rivalidad política con China. Esta hipótesis fue retomada por la OMS, que ayer pidió a todos los países, especialmente a China, publicar “todos los datos sobre el virus”.
“Para poder examinar la hipótesis del laboratorio, es importante tener acceso a todos los datos brutos”, enfatizó la OMS para quien “el acceso a los datos no debe ser de ninguna manera una cuestión política”.
Con información de Excélsior
