Metapolítica
Morelia, Michoacán.- Desde el terremoto de 1985, autoridades mexicanas comenzaron a difundir diversos estudios científicos que anticipaban un inminente gran temblor.
Ocurriría en la zona conocida como la brecha sísmica de Guerrero, una franja de 230 kilómetros de longitud ubicada entre Papanoa y Acapulco donde no habían surgido sismos de magnitud mayor a 7 desde 1911.
Los expertos explican que en aquellos lugares donde han pasado varios años sin presentarse un sismo fuerte, podrían sugerir un movimiento violento, situación que sucede en la Brecha de Guerrero.
“Las brechas sísmicas son regiones en zonas sísmicamente activas donde no ha ocurrido sismos en largo periodo, lo que supone una acumulación de energía y esfuerzos que deberán ser liberados repentinamente en un sismo”, dijo Thalía Reyes, sismóloga de SkyAlert, a la revista México Desconocido.
La sismóloga incluso comparó la magnitud del sismo que podría registrarse con el de 1985.
“Para hacerse una idea del impacto que podría tener, podemos tomar como referencia el sismo del 19 de septiembre de 1985. Este sismo que marcó de forma significativa a nuestra ciudad tuvo su epicentro en la brecha sísmica de Michoacán”, manifestó.
Aseguró que de liberarse un sismo en la totalidad de la brecha alcanzaría una magnitud de 8,3. Incluso, explicó que debido a la cercanía con la Ciudad de México, aun con la magnitud de 8,1, el terremoto sería tres veces más intenso que el de 1985.
“Con base en modelos estadísticos y considerando que la brecha tiene una longitud de 230 km y 80 km de ancho, podrían liberarse tanto o uno o varios sismos de distintas magnitudes (mayores o menores). Pero, de liberarse un sismo en la totalidad de la brecha, tendría una magnitud esperada de 8,3”, puntualizó.