“Divide y vencerás” | Ricardo López

Columna PROMETEO
La cuasi ridicula figura del candidato “independiente” es el tema de moda en el México de nuestros días; esta figura causa estupor, enojo e incredulidad en los últimos días de septiembre y lo que va de este mes de octubre. Tenía que ser así, porque todos aquellos que aspiren a cargos públicos en la modalidad de “independientes” tienen que atender el mandato legal para cumplir las reglas y, si lo logran, tener el “permiso” para jugar a la política bajo otra etiqueta: el independentismo.
La falsedad e hipocresía en el tema se ve a leguas: ex perredistas, priistas, panistas, actuales servidores públicos y “empresarios” de cuestionable moral, se alistan para conformar el “partido independiente”, un verdadero Frankestein donde aglutina a todo aquel que, si bien nunca sus partidos les dieron oportunidad de algo más, quieren estar mínimo en el aparador político, en cualquier nivel : municipal, estatal y federal.
Aunado a esto, las renuncias de personajes como la dupla Margarita-Felipe, así como la hermana, Cocoa, para sumarse a la ya “quemada” moda del “independentismo” viene a ser factor preponderante en la división de votos junto con el otro monstruo y adefesio político llamado Frente Amplio.
Todo sea por tener, querer, seguir y mantener el poder de alguna u otra forma, de seguir viviendo del dinero público con sus consabidos placeres que conlleva, no importa si les toca ser protagonistas o por medio de empresarios o personajes públicos ejercen el mano, aquí todo se vale, es una literal lucha de «vale todo y tumultuaria»
Lo que hace un par de años se llegó a considerar como el vislumbramiento al acceso político e verdaderos y auténticos ciudadanos con deseos de hacer política a favor y para el pueblo, se ha casi esfumado gracias a la ambición y codicia política de los políticos de siempre y sus secuaces. La auténtica política independiente ha muerto, los ciudadanos tendrán que buscar otro esquema, tal vez como “Política Ciudadana” y cuidando mucho a quienes deseen participar en ello, evitando caer en lo que los «independientes» han caído.
Es cuánto.