Héctor Tapia
Era previsible que la llamada Federalización de la Nómina Educativa de Michoacán no entrara “literal” en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2022.
Esto se desprende básicamente del proceso de estudio, elaboración de diagnóstico, fiscalización o auditoría, así como el ordenamiento que se tiene que poner en el renglón para no sólo hacer la entrega, sino que con las cosas en orden pueda entonces recibirse por parte de la federación.
El mismo gobernador Alfredo Ramírez Bedolla refirió en su momento de manera específica que el proceso de revisión que se realiza de la nómina educativa con clave estatal tardaría alrededor de seis meses, postura que tuvo hace apenas un mes en el marco del proceso de cumplimiento del pago de los pendientes salariales con el magisterio michoacano que habían sido heredados por la administración pasada.
Es decir, era lógico que dado que no se tendría este diagnóstico y ordenamiento de la nómina educativa estatal en mes y medio —periodo que restaba a la discusión del Paquete Económico 2022 que contempla el Presupuesto de Egresos de la Federación— la federalización no apareciera literal, como muchos pretendían verlo, en la programación presupuestal.
En ese momento, Ramírez Bedolla explicó que una vez concluida esa fase de diagnóstico y ordenamiento se podría avanzar a la siguiente fase a través de un Fondo Especial por medio del cual la federación habría de estar acompañando al estado para dar salida a estos compromisos salariales con el magisterio michoacano.
Lo cierto es que, como tal, el 2022 se iniciará con un nuevo acuerdo entre gobierno del estado y federación, con una correlación porcentual de participación diferente, para seguir atendiendo la nómina magisterial, en tanto esta se entrega completamente a la federación.
Es decir, era de esperarse, era previsible e incluso hasta lógico que el proceso de entrega de la nómina magisterial no estuviera contemplado en un diseño presupuestal para el 2022 que ya estaba muy avanzado desde su diseño y proyecto que se hizo llegar a la Cámara de Diputados.
Esta entrega de la nómina magisterial estatal es un proceso que está siguiendo sus tiempos, cuando menos así se entiende.
Ahora, donde hay que poner atención, y es lo que genera expectativa, es si la federación sostendrá el acompañamiento a Michoacán para el 2022 para cumplir a los maestros y maestras del estado.
Si no se cambia de forma drástica este acuerdo educativo que se tiene entre estado y federación para atender este aspecto que ha mantenido asfixiado a Michoacán desde hace ya varias administraciones estatales, será muy complicado revertir este cuello de botella que se genera por la cantidad de recursos que demanda el pago de la nómina magisterial, con los impactos que tiene a todo el estado en otras esferas, como el económico y el de gobernabilidad.