Irán Moreno Santos
En estos primeros meses del año, hombres y mujeres identificados con la izquierda estarán tomando las riendas de sus países. Estamos hablando en este primer momento de Nicaragua, Honduras y Chile.
También a lo largo de este año se llevarán a cabo elecciones donde hombres y mujeres identificados con la izquierda están encabezando las preferencias electorales, en este segundo momento estamos hablando de Costa Rica, Colombia y Brasil.
Hablemos de los hombres y mujeres de izquierda que ya han ganado sus elecciones.
Daniel Ortega y el Frente Sandinista de Liberación Nacional arriban al gobierno en las elecciones llevadas a cabo en 2007. Sus propuestas de campaña fueron combatir la corrupción, mejor distribución del ingreso, seguridad ante la delincuencia común y organizada, mejores salarios y condiciones laborales, mayores recursos a la educación, a la salud y una de mayor igualdad y equidad en la sociedad entre los géneros y también prometieron desarrollo y crecimiento, gobernar fuera de los valores y principios del neoliberalismo.
Tras 14 años de gobierno, las promesas no se han cumplido y la sociedad nicaragüense hoy se encuentra en una situación compleja con un gobierno que internacionalmente es considerado una dictadura.
Las propuestas de gobierno de Xiomara Castro no son nada diferentes a las que se han planteado otros personajes y políticos de izquierda en la región. Gobernar fuera de los valores y principios del neoliberalismo, recuperar la soberanía y autodeterminación nacional en términos económicos, energéticos y alimentarios, combatir la inseguridad tanto del crimen organizado y común, la corrupción, gobierno social y popular, generación de empleos, mejor distribución de la riqueza y mejores salarios, ampliación de derechos de la mujer, inclusión social de los jóvenes y mejores condiciones de vida para los más pobres. Esperemos que todas estas propuestas a lo largo de su gobierno, que durará cuatro años y sin mayoría en el Congreso, puedan lograr brindar estabilidad, gobernabilidad, desarrollo, crecimiento y Justicia a la sociedad hondureña.
Estos tres gobiernos que hemos hecho mención generaron expectativas; uno de ellos ha decepcionado y se ha eternizado en el poder, convirtiéndose Daniel Ortega en el personaje por el cual en algún momento de su vida decidió tomar las armas y emprender una Revolución en su país.
Tienen el gran desafío de que sus políticas sean incluyentes, que dejen de ser política de su gobierno para que se convierten en políticas de Estado y construyan un Estado de Bienestar en el que no solamente el gobierno tiene que aportar, sino que también las y los ciudadanos se vean en la obligación de contribuir para que haya una mejor condición de vida para todos.
Esta ola puede consolidar proyectos importantes impulsados desde la izquierda democrática y progresista o convertirse simplemente en gobiernos populistas que no lograron transformar sus sociedades, pero sí generaron expectativas y confianza en sus ciudadanos que terminaron, como están terminando actualmente algunos países región, con grave decepciones sociales.
Aquí el problema es de democracia y espero que las y los nuevos gobiernos lo puedan entender y comprender.
Hablemos de Colombia, Costa Rica y Brasil.
Las propuestas de campaña no distan mucho de los que ya gobiernan en América Latina, y que como Lula ya gobernó en su país, en este caso, Brasil.
Las expectativas de triunfo de estos candidatos de izquierda son muy altas, y si esto se consolida, América Latina una vez más será gobernada mayoritariamente por mujeres y hombres con este pensamiento de izquierdas y es momento de no solamente pensar en lo nacional sino también en lo regional. Muchos de los problemas si bien son nacionales con cooperación internacional, diálogo político e integración, podemos dar otros resultados.
Aquí el gran desafío es que todos estos gobiernos y candidatos, si llegasen a ganar, no se conviertan en dirigentes populistas que solamente hablan, pero no hacen transformaciones profundas en sus sociedades.
Es momento de la izquierda, del progresismo, pero también es momento de asumir la responsabilidad de construir un Estado de Bienestar donde las sociedades encuentren desarrollo y crecimiento, pero también mejores condiciones de vida justicia, equidad e igualdad salario, educación, vivienda, salud entre otros derechos, sin perder los valores y principios de la democracia y del socialismo democrático.
La ola en América Latina debe ser de una izquierda democrática y progresista y no de una izquierda populista. Ahí está el desafío, ahí están los nuevos hombres y mujeres que pueden darle un rostro diferente a nuestra región.