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#ENTRELÍNEAS // ¿Cambios en dirigencias del PRI y PRD?

Por Héctor Tapia

Tras el desastroso papel político que jugaron, principalmente el PRI y también el PRD, dentro de la alianza que contendió como oposición en la elección del domingo pasado en seis entidades federativas, se advierten y adelantan posibles cambios en las dirigencias nacionales de dichos institutos políticos.

Desde el inicio del proceso electoral 2022 en seis estados de la República, si bien se advertía que sería complejo remontar las mediciones de las preferencias electorales que se venían arrojando en diversas mediciones, lo cierto es que por el desgaste del gobierno federal morenista, de las críticas a la llamada cuarta transformación, el “aire” que dijeron tener luego de haber rechazado la reforma constitucional en materia eléctrica, la alianza opositora se mostraba optimista de poder avanzar y lograr el triunfo en esas entidades, pero los resultados fueron literalmente avasalladores.

Sí. Si bien se puede ver como que ganaron dos de seis, lo cierto es que perdieron cuatro de seis estados. Una perspectiva que dimensiona el tamaño de la derrota frente a dos compromisos importantes por venir: 1) las elecciones en Coahuila y Estado de México; y, 2) la sucesión presidencial del 2024.

Por un lado, el PRI se disminuyó a tener sólo tres entidades gobernadas por ellos, dos de ellas que estarán en renovación el próximo año, y que podrían perderlas también, reflejando una precipitación acelerada casi rumbo a la extinción; y por otro lado, un PRD que profundizó su proceso de desaparición, casi tiene una veintena de estados donde ha perdido el registro local, por lo que estos resultados electorales del domingo pasado sólo refleja que lejos ha quedado aquel partido que significó un rompimiento en el sistema democrático electoral nacional, siendo uno de los partidos más relevantes de la esfera nacional, a convertirse en un partido que casi desaparece en prácticamente todo el país.

Por supuesto que estos resultados han puesto contra las cuerdas al dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Alejandro Moreno Cárdenas, de quien ya se pide la cabeza a nivel nacional, porque a partir de sus imposiciones provocó la inconformidad de su militancia y terminó por empujarlos a Morena, fortaleciendo así a su adversario y no a la alianza que encabezó.

En la alianza opositora no ven necesariamente que Moreno Cárdenas haya operado deliberadamente para que ganara el partido del presidente. No. Es mucho más simple lo que ven: “Alito” fue incapaz de operar en su propio partido para disciplinarlos, o llegar a acuerdos que les permitieran salir unificados frente al compromiso electoral que estaba en puerta.

Su incapacidad e incompetencia política al interior del partido terminó por no abonar a la alianza, y por tanto, por entregar los territorios donde ya tenían gobiernos, como Hidalgo y Oaxaca.

Al dirigente del PRI “le están tendiendo la cama” para que deje la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional (PRI), esto se ve reflejado a partir de la serie de aspectos con que le han exhibido, desde presuntos actos de corrupción hasta escandalosas posiciones respecto al gremio periodístico, donde aseveró, aunque en privado, que a los periodistas no habría que matarlos a balazos, sino de hambre.

Aquí el beneficiario aparente es Manlio Fabio Beltrones, quien sigue teniendo control en una gran parte del priismo nacional; desde esta ala buscarían el obligado relevo en la dirigencia nacional. 

Para el caso del PRD, también hay inconformidad al interior del partido del sol azteca, con Jesús Zambrano, a quien se vio más como una figura mediática y no como un operador eficaz a favor de la alianza.

En este caso, esta circunstancia le abre claramente la puerta a Silvano Aureoles Conejo para asumir la dirigencia nacional y comenzar a operar de forma distinta el rumbo político del partido del sol azteca. Cuando menos esto es lo que ha sonado en los últimos días tras el descalabro electoral que obtuvo también el PRD.

Aureoles Conejo se ha decantado, desde que asumió López Obrador, como un abierto opositor del presidente; sin contar que es prácticamente dueño de la franquicia perredista a nivel nacional, a partir de que el partido subsistió básicamente con el empuje político que le dio el ex gobernador michoacano como último bastión perredista.

De esta conjunción pragmática entre el PRI-PAN-PRD, el único que resultó “ganón” fue Acción Nacional, porque se afirmó como la fuerza política opositora real al obradorismo, pero no le fue suficiente para ganar gubernaturas, aunque sí para “pedir mano” a la hora de impulsar al candidato presidencial.

Los tres partidos deberán entrar en una fase de análisis, autocrítica y reconfiguración, están obligados a repensar su estrategia porque tal cual, como van, se consolidará el presagio que advierten las encuestas a este momento: el relevo presidencial vendrá de Morena.

Héctor Tapia. Director General de Metapolítica.mx, reportero en Medios Radiofónicos de Michoacán y analista político en Canal 6 Media Group.

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