Revisando las opiniones que semanalmente emito vía Metapolítica.mx, he caído en cuenta de que soy un pesimista empedernido respecto a los asuntos que conciernen al país, pero es que es inevitable tener siquiera una pisca de optimismo cuando en todas las ocasiones en que tengo la oportunidad de cargar gasolina se empobrece mi bolsillo, y es que no acaba ahí la cosa, pues el salario estándar de un trabajador no cubre los excesivos gastos que azotan a la Nación.
Servicios médicos nulos, calles con baches o sin pavimentar, escuelas cayéndose a pedazos, inseguridad y un porvenir incierto son elementos cotidianos en un México que parece cada vez más lastimado por las malas decisiones gubernamentales. Si nos ponemos a echar cuentas de todos los servicios privados que tenemos que pagar a causa de las malas atenciones y de la falta de infraestructura de los servicios públicos, veríamos números muy negativos. Sin embargo aquí la pregunta debe enfocarse en temas muy analíticos, pues el grueso de la población no tiene dinero para costear servicios privados.
Lo anterior va muy ligado con el comentario de hoy, y es que cada vez se puede observar con más claridad que el problema no es de forma, sino de fondo, pues en diversas latitudes sociales se puede percibir un malestar generalizado, incluso dentro de los diferentes partidos políticos más antiguos, donde los militantes de a pie han sufrido las carencias y los abusos de los malos gobiernos en turno, a diferencia de las cúpulas, las cuales toman decisiones en beneficio personal.
Sin embargo, en México las cosas han cambiado, ahora se busca un cambio en colectivo, pues la crisis nos ha pegado a todas y a todos, inclusive a muchos militantes de los partidos políticos tradicionales, los cuales han optado por virar el timón y comenzar a crear un cambio en base a una verdadera alternancia, y es que no se puede tapar el sol con un dedo, al interior de los diferentes institutos políticos han optado por desechar a los mejores perfiles y apadrinar a aquellos emanados de las cúpulas, aquellos a los que la alza de la gasolina y la falta de servicios médicos no les importa, ni les interesa, pareciera que simplemente el poder se hereda y que aquellos con buenas ideas son rechazados, apartados y segregados eternamente.
Es por eso que es importante e interesante analizar como los militantes de diferentes partidos políticos han optado por sumarse a un cambio, a un cambio que representa una esperanza, una esperanza con ideales firmes y convicciones fuertes, pues no es de sorprender que muchos hayan optado por sumarse al proyecto de ya sabes quién, esperando un cambio que beneficie a todas y a todos los mexicanos, pues esta es la opción más viable y la última para reclamar un proceso justo y democrático.
Y es que son muchos los temas que han tenido descontentos a los militantes de otros partidos políticos, tanto es así que pareciera que simplemente es un ajuste dentro de las mismas cúpulas, donde los naranjas y amarillos se pintaron de azul, o donde los rojos siguen padeciendo las imposiciones de antaño, cosa que los militantes de a pie no eligieron en ninguno de los dos casos, tristemente aquellos fieles a sus convicciones nunca se les ha tomado en cuenta, cuestión que es lamentable, pues son los militantes los que al final promueven el voto y están cercanos a las necesidades de la población.
Concluyo acotando que a los militantes del PRI, del PAN y del PRD han sido traicionados por sus cúpulas, los han abandonado por beneficios personales, por posiciones políticas y por intereses que para nada van de la mano con los fundamentos por los cuales se fundaron dichos institutos políticos. Es hora de que los simpatizantes y militantes, independientemente del color que sean, reflexionen de cómo han sido utilizados y manipulados y tomen una decisión correcta a la hora de emitir el voto.