Por Héctor Tapia
La postura fue clara y refleja que no da para más, por el momento: la idea del PRD es llamar y apostar a que regresen a sus filas todos aquellos que se fueron.
Silvano Aureoles Conejo, exgobernador del estado, aunque su tono es triunfalista, con optimismo desbordado, sabe que la tarea que emprende es prácticamente imposible, con la idea de elevar la apuesta para colarse a alguna posición en el siguiente proceso electoral.
Su circunstancia es compleja porque no sólo salió por la puerta trasera en su administración, que no hizo entrega, sino también porque hay una serie de señalamientos y denuncias (cuando menos públicas) por desvíos y desfalcos a las arcas estatales.
Esto sin contar los problemas de estabilidad y gobernabilidad que fue gestando meses antes de salir, con la finalidad de generar condiciones de inestabilidad al gobierno estatal que le relevó.
El Partido de la Revolución Democrática (PRD) es una fuerza política que ha venido perdiendo presencia en los estados de la República elección tras elección, en un gran número ha perdido el registro, y con todo esto no le quedan “cartas” o perfiles que tengan una valoración competitiva para realmente contender.
En su encuentro con medios de comunicación, Aureoles Conejo dijo algo con razón, que Morena ganó en el 2018 sumando a activos del PRD y del PRI, a partir de las imposiciones en estos dos últimos partidos; sin embargo, pierde de vista que las imposiciones en esos dos partidos siguen prevaleciendo y estas siguen sin aceptarse por gran parte de las militancias de dichos partidos.
Cierto es que en parte de los gobiernos de Morena están incrustados perfiles del perredismo y priismo, tras el desdén que recibieron en sus partidos de origen.
Pero se antoja muy complejo que vayan a regresar a dichos partidos dadas las condiciones que prevalecen tanto en el PRD como en el PRI, más si se impulsan perfiles como el mismo Aureoles Conejo, quien tiene importantes negativos que matizar, producto de lo caótico y desaseado que fue el cierre de su gestión.
En su ruta nacional, Aureoles Conejo, dijo que está convocando al perredismo nacional y que “están esperando a ser convocados” para que “se pongan en movimiento”.
Para el exgobernador, muchos que se fueron enfrentan el desencanto y “se están regresando”, por ello es que insistió en que reforzarán este esfuerzo para convocar a los que se fueron.
“Hay que perdernos el asco, queremos ser más, queremos ganar las elecciones”, dijo en su tono habitual; “no se trata de ser poquitos y puros, se trata de ser más”, y aquí reconoce que su gira es más de medios y de aire.
Tal cual, lo que refleja es que la idea es estar en la conversación, aunque su partido esté en permanente declive, donde yendo solos, su condición seguramente se agravará, y yendo en coalición con partidos como el PAN y el PRI, tienen perfiles con más peso nacional.
Esto en términos electorales. Todavía hay una serie de aspectos ligados a los presuntos actos de corrupción que protagonizó en su administración, que no queda claro qué pasará en el terreno judicial, si estos le permitirán seguir avanzando en su intención de colarse aunque sea al Senado.