Todo moreliano conoce de cerca las obras que prometieron mucho, pero nunca se concluyeron o que operan mal. Imponderables técnicos, confusión o simple falta de voluntad han provocado que se acumulen viejos inmuebles sin un uso concreto, y lo que es peor, sin que se sepa si alguna vez llegarán a buen puerto. Hoy, Metapolítica comparte algunas de las más emblemáticas.