"La clase política podría fortalecer el blindaje democrático del país con tan sólo abstenerse de sugerir, promover o impulsar la designación de consejeros y magistrados que se ajusten a sus intereses", señaló en exclusiva con Metapolítica.
"Estos organismos se han convertido en un reparto de cuotas y espacios de poder estratégicos para los partidos, y desde ahí comprometen la autonomía de sus determinaciones".