Tras la expulsión de un grupo de estudiantes intelectualmente privilegiados del colegio de San Nicolás, la ciudad se volcó a apoyarlos. Eran los tiempos de la Revolución Rusa, el positivismo y el desarrollo humano como horizonte y la unión de maestros, académicos, obreros, políticos y comerciantes de izquierda en una sola causa. Hoy, mas de un siglo después, los míticos líderes de ese acontecimiento permanecen en la memoria honorable de Morelia.