Andrés Manuel López Obrador y Ricardo Monreal se reunieron el pasado domingo 22 de enero en Coahuila. En los periódicos trascendió que “pese al acercamiento de jefe delegacional con Miguel Ángel Mancera, y luego de versiones que circularon sobre un supuesto distanciamiento entre ellos, fue claro que no hay división entre AMLO y Monreal”. Ahí quedó la historia.
Un operador político de Ricardo Monreal que prefirió el anonimato reveló a LPO que el líder nacional de Morena no quiere contestarle las llamadas al delegado de la Cuauhtémoc, y que su aparición en el mitin del estado fronterizo con Texas no fue un simple acto de unidad.
Detrás de la foto en el templete, según el hombre de confianza de Monreal, lo que ocurrió fue que López Obrador decidió juntar al líder de la bancada capitalina de Regeneración Nacional, César Cravioto, y al mismísimo delegado de la Cuauhtémoc, para conocer la versión de ambos sobre la aprobación del polémico Presupuesto 2017, donde seis diputados morenos terminaron votando de un modo diferente a lo pactado al interior de la bancada.
Este concilio en Coahuila tuvo lugar a sólo dos días del viernes 20 de enero, cuando la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena informó que abriría un “procedimiento de oficio” en contra de Aleida Alavéz, Néstor Núñez, Juan Jesús Briones, Darío Carrasco, Juana María Juárez y Luciano Tlacomulco, asambleístas ligados a Monreal. “No fue sino hasta este punto cuando el delgado vio como algo serio el enojo de López Obrador, por eso se movilizó hasta Coahuila”, relatan en el entorno del jefe delegacional.
El resultado de esa reunión, y a quién terminó dando la razón AMLO, parece estar del lado de Cravioto, pues desde entonces el tabasqueño “no quiere atender el teléfono” cuando lo llaman de la Cuauhtémoc.
“A una delegación de Morena se la trata bien, con 230 millones de pesos. Les queremos decir algo con toda claridad. Morena va decidir quién los va a representar, sin ningún tipo de presión por parte del gobierno de la ciudad. Si quieren cooptar a militantes de Morena, van por mal camino”, dijo en diciembre Cravioto, quien compartió a LPO que este grupo de legisladores ayudó a afectar al resto de las delegaciones de Morena.
Sheinbaum y el monrealismo
Para el monrealista es inexplicable lo que intentó hacer el jefe delegacional acercándose a Mancera y pactando el presupuesto a través de sus diputados en la Asamblea Legislativa con el PRD, el PAN y el PRI, porque “él era el favorito de López Obrador para suceder a Mancera y ahora parece haber perdido esta preferencia, en beneficio de Claudia Sheinbaum”.
La delegada de Tlalpan ha recuperado la confianza del líder nacional de Morena, pese a que gobierna una demarcación que no tiene los reflectores encima y aunque los pocos micrófonos que se acercan son para hablar de su esposo de Carlos Ímaz.
Ahora no sólo lidera, junto a su colega de la delegación Miguel Hidalgo, el grupo de delegados que exigen más recursos para sus demarcaciones, también es parte del selecto grupo que integran el Proyecto de Nación 2018-2024, el cual será coordinado por el empresario Alfonso Romo Garza, y por el que tendrá la proyección necesaria para promover su candidatura a la jefatura de gobierno.
Por ahora, al interior de la delegación Cuauhtémoc, lo que les preocupa es que si la Comisión de Honestidad que tiene a su cargo Héctor Díaz-Polanco dictamina contra sus asambleístas, el zacatecano se quedará sin estructura en el partido, ya que “incluso los dos delegados que no eran tan cercanos a Martí Batres, se han replegado hasta conformar el bloque de Sheinbaum”, afirman en el entorno de Monreal, refiriéndose a Rigoberto Salgado Vázquez de Tláhuac y a Avelino Méndez Rangel de Xochimilco.
En estas condiciones se encuentra el tablero político al interior de Regeneración Nacional, a unos meses de que Ricardo Monreal despliegue su última jugada política para llegar al Antiguo Palacio del Ayuntamiento: un referéndum revocatorio a través del cual pondrá su cargo en las manos de los habitantes de su delegación.
Vía LPO