Es la lectura a una encuesta publicada sobre la aprobación ciudadana a los gobernadores del país hace unos días. (www.sdp.com)
¿Cómo creer en ellos si detienen fiscales, se atrincheran en la Cámara de diputados para evadir las consecuencias de actos de corrupción, pecan de soberbia, huyen de la justicia, endeudan estados, desprestigian a su partido, encubren familiares en actos deshonestos y por si fuera poco dan muestras constantes de su ignorancia y deficiencia educativa?
Las tentaciones para abusar del poder no son actuales, han estado presentes en la esencia humana, porque como dice la iglesia católica somos pecadores o para la espiritualidad: cometemos errores.
En la actual sociedad, el acceso a la información es fácil e inmediato, así que los gobernantes y políticos, deben pensar y actuar de conforme a la sociedad informacional que exhibe y debate la realidad, de lo contrario seguirán marchitándose y serán sustituidos por nuevos movimientos sociales que se preparan fuera de su campo visual y quizá satisfacen las demandas actuales.
Concluyo retomando a Vargas Llosa: La corrupción es el veneno de la democracia.
(¿Quién tiene el antídoto?)
¡Ya no creemos en los políticos ni gobernantes! | Viridiana López
