El Consejo de Seguridad de la ONU se ha reunido este viernes tras el ataque con misiles de crucero lanzado horas antes por EE.UU. contra una base militar siria, la primera acción militar deliberada de Washington contra el Gobierno de Siria desde el inicio de la guerra civil en este país.
El representante de Rusia, Vladímir Safrónkov, ha advertido a Washington contra los intentos de imponer un ultimátum a Damasco, ya que -dijo- “no funccionan”. “O cooperamos de manera profesional o los ultimátums no funcionarán”, afirmó, explicando que “el mundo se volvió muy complejo y multipolar y no se puede ya vivir así”.
Safrónkov ha calificado las acciones de Washington en Siria de “grave violación del derecho internacional y un acto de agresión”, que podría tener “consecuencias muy graves para la estabilidad regional e internacional”.
El representante ruso ha destacado que, últimamente, el Gobierno de EE.UU. “ha hablado mucho” de la necesidad de combatir el terrorismo internacional, justificando de esta manera la presencia de tropas estadounidenses y de sus aliados en el territorio sirio, “a pesar de que estaban allí sin invitación del Gobierno legítimo de Siria y sin la sanción del Consejo de Seguridad de la ONU”.
Aliados de EU apoyan bombardeo en Siria
Los aliados estratégicos de Estados Unidos se han apresurado a palomear el bombardeo llevado a cabo anoche contra una base aérea del gobierno de Bashar al Assad en Siria. De acuerdo a Trump, se trató de una represalia por el ataque con armas químicas que tuvo lugar el martes pasado y en que el perdieron la vida 70 personas, entre ellas mujeres y niños. Mientras tanto, Rusia, cuyo gobierno ha apoyado al régimen del presidente sirio, calificó el ataque estadounidense como “una agresión contra un estado soberano en violación a la ley internacional”. El gobierno sirio negó responsabilidad por el ataque del martes.
Por su parte, las fuerzas armadas de Israel, quienes como el resto de los aliados de Estados Unidos fueron notificados antes de que se realizara el ataque, al igual que Rusia y China, aplaudieron el bombardeo, mientras que el primer ministro Benjamin Netanyahu declaró que Trump había enviado “un mensaje fuerte y claro de que el uso y difusión de armas químicas no será tolerado”, y que esperaba que el mensaje fuera escuchado no sólo en Siria, sino en Corea del Norte e Irán.
Malcolm Turnbull, primer ministro australiano, a pesar de haber tenido un desencuentro telefónico con Trump hace unos meses por un tratado envío de refugiados, también se alineó a la iniciativa norteamericana: “el gobierno australiano apoya con firmeza la pronta y justa respuesta de los Estados Unidos”, en lo que calificó como un ataque “calibrado, en proporción y bien dirigido”.
Los líderes de Alemania y Francia, Angela Merkel y Francois Hollande, emitieron un comunicado conjunto en donde responsabilizaron del bombardeo a Bashar al Assad por sus acciones en Siria.
Theresa May, la primera ministra del Reino Unido, se unió al coro, y llamó la acción militar “una respuesta apropiada al barbárico ataque con armas químicas lanzado por el régimen sirio”, y aplaudió la intención de desincentivar nuevas acciones por parte de al Assad.
La embajadora de Estados Unidos en Naciones Unidas, Nikki Haley, advirtió que estaban preparados para tomar nuevas acciones militares en la región, “pero esperamos que no sea necesario”.
Fuentes del Pentágono han informado que existe una investigación para determinar si el ejército ruso estaba al tanto de los ataques químicos presuntamente llevados a cabo por al Assad, ya que, se sabe, una unidad de aérea rusa estaba instalada en la base de donde se habrían originado los ataques.
