Michoacán, el proyecto | Hugo Gama

El tiempo electoral genera efervescencia entre los actores políticos, se mueven para un lado se mueven para el otro, siempre con la idea de poder enviar un mensaje a la población sobre sus aspiraciones o preferencias, siempre con el ánimo de poder influir en las decisiones de los demás.
Haciendo un resumen de los grandes acontecimientos políticos de los últimos años, podemos referir dos trascendentales que afectaron la vida pública y la vida de los michoacanos:
1. Michoacán fue víctima de la lucha política, se tuvo hace apenas dos lustros, un titular del Ejecutivo Federal, que por las diferencias políticas e ideológicas, cerró la llave a la entidad para provocar crisis financiera y social con el afán de empujar su proyecto local.
2. Los michoacanos sufrimos en el pasado inmediato la más severa crisis política, social e institucional de los últimos 50 años, provocando la más difícil etapa de seguridad en la entidad.
La decepcion histórica, la debilidad institucional ocasionada por las alianzas indeseables y la ambición personal generaron desconfianza de la población respecto de sus autoridades y de la clase política.
Poco a poco la actual administración estatal ha venido recuperando los espacios políticos y públicos perdidos, las instituciones se han venido fortaleciendo y se ha avanzado en la reorganización financiera y administrativa, así como en la buena ruta de la gobernabilidad que impacta y afecta otros indicadores como el económico o el social, esto reconocido por liderazgos empresariales y sociales.
Nuestro estado a diferencia de otros, no cuenta en este momento con una figura representativa en los espacios de poder de la federación o en los poderes de la unión que logre colocar al estado en la posición que se merece.
Michoacán para consolidarse en la entidad que deseamos, requiere de todos; sin duda impera la necesidad de sumarnos sin reservas a la recuperación institucional, política, social y económica que fortalezca los avances logrados, pero también, resulta imprescindible y en demasía necesario contar de inmediato con un michoacano colocado en la esfera nacional, que genere puentes, que no haga política aislada y de aislamiento, que de primera mano tenga la capacidad y el nivel político para poder atraer el mayor de los esfuerzos y todo el poder federal para beneficiar e impactar en el desarrollo de las y los michoacanos.
Así, es deseable que la efervescencia política tome una ruta para y en beneficio de Michoacán, que el anhelo político no se convierta en un satisfactorio de necesidades individuales o laborales y por el contrario, provoque satisfacción colectiva.