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Agricultura 4.0, el futuro del campo: el caso Michoacán

BerryMex, uno de los mayores productores de berries del país, está cambiando la íorma de trabajar de los agricultores mexicanos. En el rancho Buras, en el pueblo costero de San Quintín, en Ensenada (Baja California), donde el agua escasea por falta de lluvias, la compañía tiene uno sus mayores tesoros: un pequeño laboratorio instalado de manera temporal en una bodega acondicionada. Ahí, tres mülennials biotecnólogos realizan investigación, desde hace tres años, para desarrollar ejércitos de hongos y bacterias que acaben con las enfermedades y plagas que atacan los cultivos de fresa, frambuesa, zar zamora y arándano que son propiedad de la empresa y de sus 20 socios.
Eso no es todo: el rancho Burns alberga más tesoros, como la producción de fertilizantes orgánicos y naturales a base lombrices y algas marinas que la marea arroja a las playas. Anualmente, se producen 400 toneladas de composta en este rancho, aunque la compañía produce un total de 20,000 toneladas en sus diferentes ranchos de Baja California.
También produce ejércitos de persímilis, un ácaro empleado para el control biológico de la araña roja, otro arácnido que en muy poco tiempo puede ocasionar graves daños a los cultivos. Los persímilis son los depredadores naturales de la araña roja.
El millar de persímilis se vende a un precio de entre seis y ocho dólares en el mercado; a BerryMex le cuesta cuatro dólares producirlos. Pero el beneficio, más allá de los ahorros o de la protección de los cultivos, tiene que ver con la salud de los suelos y las plantas, pues se eliminan los productos químicos de los campos. Esta estrategia se utiliza con éxito en diferentes partes del mundo. En Europa y Estados Unidos existen multinacionales dedicadas exclusivamente a esta actividad.
Las abejas también son claves para el proyecto de agricultura orgánica de la compañía, ya que ayudan a polinizar las plantas y permiten una producción sana de bayas de forma perfecta.

Gracias a estos proyectos, la producción de BerryMex en la región se ha incrementado hasta 30%.
Hoy en día, México es el quinto productor mundial de berries, frutos que ocupan, junto con el ganado bovino, la confitería y la cebolla, el cuarto lugar de las exportaciones agroalimentarias de nuestros país. Chile, Canadá, Estados Unidos, Países Bajos, Japón y Reino Unido son los principales destinos de las exportaciones.
REVOLUCIÓN EN PUERTA
 
Lo anterior es apenas el principio. La firma agrícola quiere producir hongos y bacterias a gran escala para utilizarlos en sus campos de Jalisco y Morelia.
Y no descarta la posibilidad de dar servicio a otros productores mexicanos y de Centroamérica. Ya se está construyendo un nuevo laboratorio, también en San Quintín, que iniciará operaciones en noviembre.
Desde ahí, la compañía continuará su plan de innovación agrícola, el cual podría revolucionar la agricultura los próximos años, tal como la industria 4.0 está transformando el sector automotriz.
De ese tamaño es el trabajo que se realiza en la pequeña bodega: sustituir los pesticidas y abonos químicos sintéticos por microorganismos que no dañan los suelos ni los cultivos; por el contrario, los curan, protegen y nutren.
Para la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sag”arpa), la innovación agrícola es fundamental para la consolidación de México como potencia agroalimentaria, por lo que está impulsando las inversiones en esta materia. El año pasado, la dependencia destinó más de 1,200 millones de pesos (mdp) en proyectos productivos de investigación, innovación y transferencia de tecnología.
Actualmente, México se ubica en lugar número 12 en materia de producción global de alimentos, aunque de continuar con un crecimiento similar al obtenido en años recientes, nuestro país podría avanzar un sitio. En el mediano plazo, México podría colocarse entre los 10 primeros lugares, de acuerdo con estimaciones de la Sagarpa.

México también es el cuarto productor mundial de alimentos orgánicos. Oaxaca, Chiapas y Michoa cán son los principales productores, con casi la mitad de la superficie destinada a esta actividad.
El año pasado, la producción agrícola del país registró un crecimiento de 5.6%, al pasar de 187.6 millones de toneladas a 198.2 millones.
EXPERIENCIA Y JUVENTUD
 
Dante Gutiérrez, ingeniero agrónomo originario de Córdoba (Veracruz), está detrás del proyecto.
Es director de Producción Orgánica de BerryMex y, junto con Miguel Farías, supervisor de Proyectos Especiales, diseñaron el primer laboratorio de biotecnología de la empresa. Reclutaron a tres recién egresados de carreras de ingeniería y biotecnología: Enrique, originario de Sinaloa; Tadeo, de Sonora; y Kitzia, de Veracruz. Estos millennials son los encargados del análisis de los suelos y cultivos, y de la investigación y producción de microorganismos benéficos. Han desarrollado productos que matan larvas de distintos insectos, como polillas, escarabajos, moscas y moscos, así como hongos y bacterias dañinas.
“Empezamos el proyecto hace tres años. Habíamos observado que muchos productos comerciales tenían bajos resultados en nuestros campos y nos cuestionamos la conveniencia de seguir usándolos o desarrollar productos propios. Decidimos lo segundo y el resto es historia”, dice Gutiérrez. Hoy, BerryMex tiene la capacidad de desarrollar hongos y bacterias benéficos para cualquier suelo y cultivo.
“Hay suelos muy pobres en nutrientes, como los de Baja California; otros con muchas enfermedades y plagas, que los productos comerciales no pueden curar o combatir con eficacia, pues están desarrollados con cepas de otro tipo de suelos. Nosotros hacemos trajes a la medida: vamos a los ranchos, analizamos el suelo y los cultivos (orgánicos o convencionales), tomamos muestras y desarrollamos microorganismos benéficos que combaten las plagas y enfermedades de la tierra. Para cada problema tenemos una solución”, subraya.
Todo este esfuerzo no serviría si no se realiza un trabajo de prevención. “Si las plagas y enfermedades no se delectan y atacan a tiempo, es muy difícil salvar los cultivos. Si la plaga o enfermedad ataca un 10, 20 o 30%, se puede salvar el resto; si el avance es mayor, es imposible; se perderá todo”, comenta.

Esta es, sin duda, la gran apuesta de BerryMex de cara al futuro y uno de los primeros esfuerzos que realiza una compañía agrícola en el país en materia de biotecnología, para tener un campo más productivo, competitivo y sustentable.
“Son muy pocas las empresas agrícolas en México que invierten en biotecnología. Hacer investigación es caro; hay que invertir muchos recursos, pues se requiere montar un laboratorio y tener personal especializado, pero la importancis de los resultados obtenidos en tan poco tiempo bien vale la pena”, concluye el ingeniero. B¡¡ BerryMex hace trajes a la medida: va a los cultivos (orgánicos y convencionales), analiza el suelo, tomo muestras y desarrolla microorganismos que combaten plagas.
Vía Alto Nivel




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