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Los frentes del frente

Al Frente Ciudadano por México -oficializado la semana pasada y conformado por el PAN, PRD y Movimiento Ciudadano- aún le queda un largo camino por recorrer rumbo a las elecciones federales de 2018, y una lista de pendientes a resolver antes de convertirse en coalición electoral o en una coalición de gobierno.
A pesar del optimismo de sus principales impulsores, el reto al que se enfrentan los firmantes del pacto no es solo darle forma, sino sortear una gran cantidad de obstáculos y variables que podrían poner en riesgo la viabilidad del proyecto.
El oficio y la voluntad política de los principales actores será puesta a prueba en las próximas semanas, aunque desde ahora se vislumbra complicado que todos queden conformes con los acuerdos que se tomen.
El campo de juego luce reducido para el número de jugadores.
El tema central será la designación del candidato presidencial -que en principio parece estar destinado a un panista, aunque más allá del nombre, será el mecanismo de selección lo que podría generar las primeras fricciones, ya que la transparencia y el consenso sobre el procedimiento podría determinar la legitimidad de quien resulte seleccionado.
Además, sobre la mesa estarán también temas como la candidatura para la Ciudad de México, el alcance del Frente en las elecciones locales, programas de gobierno y las pugnas internas en los partidos, todos ellos frentes abiertos al día de hoy.
Candidatura Presidencial
Con tantos aspirantes que han manifestado su interés para encabezar el Frente Amplio en la contienda presidencial – y otros que no lo han hecho pero que podrían buscar abanderar la hipotética coalición electoral- el método de selección parte en principio como uno de los mayores retos.
Por el PAN han levantado la mano Margarita Zavala y Rafael Moreno Valle, pero Ricardo Anaya está estirando la liga para agotar el plazo legal al frente de la dirigencia nacional y postularse; en el PRD la carta fuerte es el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, aunque el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles también suena.
La posibilidad de una candidatura de unidad o por consenso queda prácticamente descartada y sería fácilmente atacada por los detractores externos y cuestionada por los actores internos, por lo que la única salida viable sería un mecanismo de selección claro y en el que estén de acuerdo todos los aspirantes.
¿Una consulta abierta a los militantes de los partidos?, ¿una consulta abierta a la ciudadanía?, ¿un candidato o más por partido?, ¿participarán aspirantes independientes?, ¿una elección con una segunda ronda de votaciones?
Todas ellas son posibilidades que deberán delinearse en las próximas semanas.
La vía ciudadana.
Aun con un proceso transparente y aprobado por los aspirantes y/o dirigentes de los partidos, nadie da por descontado que las bases perredistas estén dispuestas a apoyar a un candidato emanado de las filas del PAN, o que los panistas quieran ceder la candidatura a un aspirante que no sea de su partido.
En este escenario, cabria la posibilidad de recurrir a un candidato externo con perfil ciudadano que podría crear un mejor consenso al interior, una posibilidad que está contemplada en el convenio de Constitución del Frente.
Esta posibilidad cuenta con otro gran inconveniente, no parece que personajes como Anaya, Zavala, Moreno Valle o Mancera se hagan a un lado para respaldar a un personaje externo.
Lo que sí parece más viable es que los integrantes del Frente inviten a personajes como Juan Ramón de la Fuente, Jorge Castañeda o incluso a Armando Ríos Piter a participar en el proceso lo que de entrada dotaría de legitimidad a quien resultara electo.
¿Anti-AMLO?
De entrada, el Frente Ciudadano por México, según las palabras de sus artífices, es un esfuerzo que va por un cambio de régimen, lo que se traduce en una amplia coalición para sacar al PRI del gobierno.
Sin embargo, los dirigentes de los partidos también se han pronunciado en contra de las opciones radicales, una clara alusión a lo que representa Andrés Manuel López Obrador y su proyecto político.
En realidad, el verdadero adversario en la contienda presidencial podría ser precisamente López Obrador, con quien los integrantes del Frente podrían pelear no solo por atraer votos sino por posicionarse como la opción anti-régimen.
La interrogante es si en una hipotética campaña, el Frente tendrá suficiente energía para erigirse como un frente anti-PRI al mismo tiempo que un frente anti-AMLO.
El factor azul.
El golpeteo al interior de Acción Nacional podría convertirse en el principal factor de riesgo para que el Frente Ciudadano se pueda consolidar como una coalición electoral.
Al día de hoy, todavía no hay claridad en cuanto al método de selección del candidato presidencial panista, aún a pesar de las exigencias de los aspirantes blanquiazules hacia los órganos partidistas y hacia la dirigencia.
Si al final Ricardo Anaya se impone como candidato, la ruptura interna sería casi un hecho, con el riesgo incluso de que los demás aspirantes pudieran boicotearlo, o que uno o más de ellos pudieran buscar la Presidencia por la vía independiente.
La relación entre Anaya y Margarita Zavala, los dos principales aspirantes panistas, está prácticamente rota, y aun cuando la exprimera dama se ha pronunciado a favor del Frente, luce complicado que ofrezca cualquier tipo de respaldo al queretano.
Mancera ¿fiscal general?
El PAN lleva la ventaja para que sea uno de sus militantes quien se convierta en el candidato del Frente, aunque para lograrlo tendrá que hacer concesiones con las demás fuerzas políticas.
Es precisamente aquí donde entra la figura de Miguel Ángel Mancera, que, sin ser militante, es la carta fuerte del perredismo para encabezar el proyecto, por lo que en caso de no lograr ese objetivo, podría tener un papel fundamental, ya sea en el hipotético gabinete o incluso como fiscal general.
El jefe de Gobierno de la Ciudad de México podría ser el personaje que el Frente Ciudadano impulse para convertirse en el primer fiscal general de la Nación, un cargo transexenal y fundamental para la vida pública en los próximos años.
La única duda es si Mancera aceptará postularse debido a la politización y tensión que ha generado el nombramiento. En las próximas semanas, el mandatario capitalino pedirá licencia y empezará a evaluar su futuro político.
¿Monreal por el Frente para CDMX?
Si al final es un panista quien encabece la candidatura presidencial por el Frente Amplio, lo más natural sería que un perredista compitiera por la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, más específicamente la dirigente nacional Alejandra Barrales, quien en los próximos días estará dejando su cargo en el partido y podría pedir licencia en el Senado.
En una ciudad gobernada durante los últimos 20 años por el Sol Azteca, rumbo a 2018, Morena, el partido de López Obrador, parte como principal favorito para ganar la capital del país, e incluso con e1 apoyo de otras fuerzas políticas, el PRD parte en desventaja.
La reciente ruptura entre Ricardo Monreal y la dirigencia de Morena ha abierto la posibilidad de que el zacatecano pueda competir por la jefatura de Gobierno fuera de este instituto político.
Incluso se ha especulado con la posibilidad de que pueda ser invitado por el Frente para hacer frente a Morena.
¿Estarían dispuestos el PRD y Barrales a darle la candidatura a Monreal? Sería una apuesta por el más puro pragmatismo político.
Con Monreal el Frente tendría una oportunidad de competir contra Morena en la Ciudad de México, posibilidad que hoy no tiene.
Agendas comunes.
El debate no es nuevo, las diferencias ideológicas entre el PAN y el PRD han sido el principal blanco de críticas al exterior, e incluso al interior de los partidos desde las primeras alianzas en 2010.
Además, las alianzas han demostrado -hasta el momento- ser pragmáticas, meras coaliciones electorales, exitosas es cierto, pero que no han tenido continuidad en verdaderas coaliciones de gobierno.
Uno de los grandes retos que tendrán los estrategas políticos del Frente en las próximas semanas será la construcción de una plataforma política y de gobierno que genere consenso.
En este punto se requerirá suficiente madurez política, principalmente entre el PAN y el PRD para dar cabida a las propuestas del otro, ya que hay temas tan polémicos y que generan posturas tan alejadas como el aborto, que no habrá forma de encontrar un punto medio.
Puertas abiertas.
Quienes encabezan el Frente Ciudadano por México han reconocido que se encuentran en pláticas con liderazgos de otros partidos como Nueva Alianza o el Partido Verde, que estarían evaluando la conveniencia de sumarse total o parcialmente al Frente.
Lo que también tendrían que evaluar es la conveniencia de abrirle las puertas a estos partidos, que en los últimos años han sido aliados del PRI tanto a nivel electoral como legislativo, incluso podrían considerarse parte del régimen que quieran cambiar.
La participación de estos partidos más que sumar, incluso podría restarle apoyos al Frente, pues en cierta manera sería una contradicción a lo que están proponiendo.
¿Y si fracasa el Frente?
La relevancia y la magnitud del éxito o fracaso del Frente se conocerá hasta julio de 2018, sin embargo, sus impulsores deberían estar preparados para el peor de los escenarios: que no puedan ganar la contienda presidencial.
Por los antecedentes y las proyecciones, lo que sí parece asegurado es que en suma, los tres partidos tendrán un importante número de legisladores en ambas cámaras y podrían en conjunto constituir la bancada más importante.
El objetivo primario es ganar la Presidencia de la República, y aunque el Frente tiene -en el papel- una vigencia hasta 2024, ¿podría sobrevivir desde la oposición?
Los estados.
Independientemente del gran debate entre las dirigencias y los liderazgos nacionales, también hay que tomar en cuenta las propias dinámicas que existen en las dirigencias y las bases de los partidos en cada una de las entidades del país.
Aunque las coaliciones han demostrado ser exitosas donde se han logrado, la firma del pacto no compromete a los integrantes a formarlas, y en cada entidad se librará una verdadera batalla por las posiciones de poder.
Un ejemplo claro es Jalisco, donde Enrique Alfaro de Movimiento Ciudadano se perfila como el abanderado del Frente, pero el PAN local, con una importante fuerza en la entidad, podría estar en desacuerdo.
El propio Alfaro utilizó sus redes sociales para intentar marcar un límite y aunque celebro la conformación del Frente, dejo claro que no se ha definido como coalición y tampoco condiciona la vía electoral que seguirá MC en Jalisco, y es que al alcalde de Zapopan ha basado gran parte de su discurso político en desmarcarse de los partidos tradicionales.

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