Una de las principales causas de mortalidad en mujeres mexicanas son los tumores malignos. De acuerdo con el Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva, en 2015 fallecieron aproximadamente 291,637 mujeres de las cuales 40,537 (13.9%) fueron por tumores malignos.
De acuerdo con la Dra. Ariadna Martínez Rivas, Directora Médica de la Fundación Luis Pasteur I.A.P., existen tres tipos de cánceres que afectan a las mujeres principalmente por sus características biológicas: el cáncer de mama, el cáncer cervicouterino y el cáncer de ovario.
En México, estos tipos de cáncer representan un problema de salud pública ya que en 2015 el 15.4% de las defunciones por tumores malignos correspondió a cáncer de mama, el 9.9% a cáncer de cuello de uterino y el 5.9% a cáncer de ovario[2].
Al respecto, la Dra. Ariadna indicó que desde el año 2006, en México, el cáncer de mama desplazó al cáncer cervicouterino para ubicarse como la primera causa de muerte por cáncer en la mujer. Este mal no hace distinción entre la población de países desarrollados y en vías desarrollo y es el que tiene mayor presencia en las mujeres a nivel mundial[3].
Agregó que el cáncer del cuello uterino es la segunda causa de muerte por este padecimiento en la mujer. En 2015, se registraron 3,071 casos en México. Además, afirmó que el virus del papiloma humano (VPH) es el principal factor de riesgo para su desarrollo y que la lenta evolución de la enfermedad y la accesibilidad del cérvix para su estudio, permiten tener tiempo y herramientas para detectarlo oportunamente, que lo hace ser una neoplasia 100% prevenible.[4]
Actualmente, el cáncer de ovario es considerado como el cáncer ginecológico más letal, con una edad promedio del diagnóstico entre los 40 y los 50 años. De acuerdo con el Instituto Nacional de Cancerología (INCan), este tipo de cáncer es el sexto más frecuente a nivel mundial, con aproximadamente 205,000 nuevos casos al año. Tan sólo en México, se reportan más de 4,500 nuevos casos por año, ocupando el tercer lugar de los cánceres ginecológicos.
La Dra. Martínez destacó que, ante este escenario en México, diversas organizaciones de la sociedad Civil han unido esfuerzos para luchar contra estos y otros tipos de cáncer bajo el nombre del movimiento “Juntos Contra el Cáncer”, que se ha convertido en una plataforma que representa a los pacientes en su lucha.
Añadió que actualmente, el movimiento está trabajando para posicionar la importancia de contar con un Plan Nacional de Cáncer en México y promover la participación de la sociedad civil organizada, de manera activa, constante, transparente e informada, en la política nacional de cáncer en México.
Finalizó diciendo que las inversiones y los programas encaminados a prevenir y tratar las formas de cáncer que afectan a las mujeres, como el cervicouterino, han mejorado la situación y dado lugar a reducciones fuertes en países de ingresos altos. Sin embargo, en países como México, los esfuerzos no han logrado impactar de manera importante la reducción de estas neoplasias que ocasionan miles de defunciones al año.
En este sentido, “las organizaciones tienen un papel importante en la lucha contra el cáncer. Por ello, en la Fundación Luis Pasteur, contamos con un Modelo de Atención Integral para la prevención y detección de cáncer cervicouterino y de mama que consiste en acercar diariamente su servicio médico a las comunidades vulnerables de la Ciudad de México, Estado de México, Hidalgo y Puebla, por medio de Unidades Móviles que están equipadas con dos consultorios y son atendidas por Médicas Capacitadas y sensibles a las necesidades de las pacientes. Gracias a estos proyectos, a lo largo de 20 años de trabajo, la FLP ha atendido a más de 370,000 mujeres. Tan sólo en 2017 atendió 32,858 pacientes”, finalizó.
Cerca del 14% de las defunciones de mujeres en México son ocasionadas por tumores malignos
