@gaaelico
Las últimas encuestas presidenciales refieren una serie de datos estadísticos que hablan en particular el avance o retroceso de los tres candidatos principales a la Presidencia de la República. Las últimas mediciones son demoledoras ya que ponen a Andrés Manuel López Obrador a punto de alcanzar los 50 puntos, y a sus competidores a dos cifras de distancia. Anaya en plena caída y Meade estancado.
Pero un dato nos resulta interesante de las mediciones en las tres primeras semanas de campaña: el inevitable colapso del PRD como una opción de izquierda para los mexicanos. Las mediciones más amables, que son las de Mitofsky o Mendonza Blanco, colocan al partido amarillo con un cinco por cierto de las preferencias, pero las más duras, como Reforma o Paramaetría lo colocan apenas rayando el 4%, y con una tendencia a la baja.
El límite del voto federal para mantener el registro es del 3% de los votos del padrón electoral, y salvo el PT, que peleó con las uñas mantener su registro tras las elecciones del 2015, para el PRD los escenarios se antojan complejos, difíciles, con una tendencia clara a ir desapareciendo del mapa político nacional.
Sus últimos asideros son Morelos, en donde las encuestas para la Gubernatura los pone en un lejano cuarto lugar con sólo el 5%, fruto del pésimo gobierno de Graco Ramírez, y de la imposición de su hijastro Rodrigo Gayosso como candidato perredista. Las confrontaciones con Cuauhtémoc Blanco le están costanto la supervivencia al Sol Azteca en esa entidad.
Otro ejemplo es Tabasco, en donde el gobernador perredista, Arturo Núñez Jiménez, es el peor calificado en el país. En esa entidad, cuna de Andrés Manuel López Obrador, pesa mucho la imagen del líder de Morena, ya que el candidato de ese partido, Adan Augusto López, lleva una diferencia de 2 a 1 al abanderado del Frente.
Pero la joya de la corona es la Ciudad de México, en donde la abanderada de Morena, Claudia Sheinbaum, mantiene un paso avasallante, dejando a la perredista Alejandra Barrales peleándose el segundo lugar con el priísta Mikel Arriola, quien sorpresivamente está haciendo crecer los momios de un alicaído PRI en la capital del estado, que los expulsó del Gobierno hace ya más de 20 años.
Por donde se vea, la última guarida del PRD será Michoacán, en donde tampoco los escenarios son los más halagüeños, toda vez que las últimas encuestas y tendencias ponen a la fórmula del frente para el Senado de la República, que encabeza Antonio García Conejo, hermano del Gobernador, ya en un tercer lugar, siendo rebasado por el priísta Juan Antonio Ixtláhuac, y en la parte alta se encuentran Blanca Piña y Cristóbal Arias.
No obstante, también está pesando en el ánimo de los michoacanos la errática administración de Silvano Aureoles Conejo, quien dicho sea de paso está por convertirse en el último gobernador perredista de los tiempos recientes.
DATA Coparmex, un departamento de investigación de la Confederación Patronal, indica que los temas de inseguridad, los escándalos y la falta de crecimiento económico han dañado la imagen de Aureoles Conejo, por eso se entiende la “estrategia” de su medio hermano de extirparse el apellido Conejo para dejarse sólo el García. Pero ni con eso.
Los escenarios no mienten, el PRD está atravesando una crisis inédita, y a partir del 02 de julio comienza una larga travesía por el desierto, que se antoja superior a una década, 10 años de pesadilla, producto del abandono de sus ideales y de su frivolidad.
PRD, la izquierda moribunda | Por Antonio Aguilera
