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PRI: salvar lo que se pueda Por Antonio Aguilera

 
@gaaelico
Para el PRI, el paso de los días es ya desesperante. El partido en el poder tomó la determinación de jugarse todo ya, a mes y medio del día de las elecciones, y comenzarán una serie de acciones para tratar de rescatar lo que se pueda de la casa que se está incendiando.
Primero, no está en su ruta inmediata pactar con el PAN de Ricardo Anaya, y muchos son los mensajes que podemos leer entrelíneas para dar cuenta que no hay condiciones para que Enrique Peña haga declinar a su partido, a su candidato y a su gobierno con su mayor enemigo, sólo por el hecho de frenar a AMLO.
 
El primer dato de contexto que tenemos se origina la semana pasada todo:  el error de Anaya en su llamado voto útil que es prematuro, que generó los escenarios de la declinación entre Anaya y Meade, y finalmente la resolución de ambos partidos, de ambos grupos de decir “seguimos en la contienda y vamos hasta el final”, evidentemente obliga a los dos equipos a relanzar sus campañas y a buscar soluciones.
En este momento como están las cosas insisto en el tema de la preliminar de la derecha, en esa preliminar de la derecha no está decantado en definitivo el segundo lugar, aunque claramente Anaya va arriba de José Antonio Meade en algunas encuestas hasta por diez puntos.
Ante esa crisis, porque es una crisis para el PRI, para el partido en el gobierno, evidentemente había que tomar decisiones, estamos a 53 días de la elección, 50 días de que terminen las campañas y evidentemente se pusieron a pensar en soluciones para el relanzamiento, una de ellas fue la idea de retirar de la dirigencia a Enrique Ochoa, tomar la decisión de que sea René Juárez.
En un proceso, diría yo, por decir lo menos, accidentado, porque en términos estatutarios en el PRI le correspondía a Claudia Ruiz Massieu asumir la presidencia provisional, aunque sea de manera temporal para que la Comisión Política Permanente del Consejo Político Nacional nombrara a la nueva dirigencia del partido.
Empiezan a filtrarse las disputas internas para la permanencia de Claudia Ruiz Massieu, la idea o no de tener a otros actores, alguna otra secretaria general del partido por el tema de la equidad, las disputas internas; la pregunta es ¿cuánto tiempo tarda un presidente del PRI en tomar el control de su partido? ¿cuál es la misión de René Juárez?
El PRI es un partido muy complejo, de muchos liderazgos, de mucho trabajo interno, a un dirigente del PRI le toma más o menos entre dos y tres meses hacerse del control de la dirigencia y más o menos tener los hilos para operar una elección de cualquier tipo, si están cambiando a estas alturas de la dirigencia del partido, es evidente que están ante una severísima crisis interna de representación y de gobernabilidad.
El llamado, la razón de ser de René Juárez, llega a tratar de ser un conciliador entre la campaña y el partido, Enrique Ochoa se había desgastado mucho de manera impertinente, inexplicable, José Antonio Meade lo sostiene en la dirigencia del partido, recuerdas los errores cuando tiene expresiones racistas y de otro tipo, incluso con algunos militantes del PRI, era el momento ideal para cambiarlo y entender todo este proceso, no se hizo en aquel momento.
A 50 días de la elección se hace el cambio y el reto y el mandato de René Juárez va a ser tratar de pensar en las otras campañas, el problema no es que Meade esté en tercer lugar, ayer veíamos la encuesta de Ulises Beltrán, que daba 42 puntos a AMLO, 33 a Anaya y sólo 19 a Meade; no solamente que esté en tercer lugar, sino que está arrastrando hacia abajo, no lo están empujando hacia arriba las campañas de los senadores, de los diputados federales, de los gobernadores, en todas las encuestas, en todos las mediciones, incluso las locales y privadas, el PRI se encuentra en condición de derrota en las nueve elecciones de gobernador y muy bajo en las elecciones de senador.
Cuando vieron los números, las posibilidades de derrota en mayoría del Senado y la posibilidad de que Andrés Manuel López Obrador si gana o no, solamente gane, sino que tuviera mayoría en el Congreso con las izquierdas, incluso una mayoría calificada que podría ser un tema muy importante para la Reforma y para varios temas de interés nacional, creo que en el PRI se prenden todas las alarmas y llega una persona con el mandato de tratar de rescatar las otras campañas,  empujar las otras campañas que es la exigencia de los gobernadores.
¿Da tiempo?, mi impresión es que no, 50 días para esto es poco, es solamente un tema de partido, tampoco, también el candidato tiene que hacer un proceso de relanzamiento en todos sentidos, sabemos ahora por la entrevista que tuvo el día de ayer en alguna televisora, sabemos que presenta mañana, pasado un libro, cuyo título no se sabe, pero ya leerá la portada y se sabrá el título el candidato Meade.
Tanto Meade como Anaya están tratando de relanzar sus campañas, empujar hasta el final sus proyectos, pero lo que no ha cambiado es el planteamiento original del diseño de la boleta y ese planteamiento original es muy claramente hay un voto antiestablishment, voto antisistema, anti continuidad, de una serie de corrupción, inseguridad, lo encabeza y ha sido exitoso en encabezarlo Andrés Manuel López Obrador, a pesar de sus enfrentamientos con algunos actores clave del Sistema Político Mexicano.
Por el otro lado hay un rechazo anti PRI del 80 por ciento. El domingo cuando vemos el evento nuevamente de Meade lanzándose, pareciera que en el dilema de ser o no ser, ser priista, no ser priista, ser ciudadano o no ser ciudadano, parece que la moneda cayó del lado de ser priista, abdica la idea de ser un ciudadano, ya es un priista, se pone la chamarra roja, no es solamente “Háganme suyo”, sino “Aquí estoy para lo que se les ofrezca”.
Ahí es donde cae de un lado la moneda y la moneda en las encuestas tiene un 80 por ciento de rechazo por la continuidad del PRI.
Ésa parece ser la boleta que está comprando Meade y vamos a ver cómo juegan los otros jugadores, en términos del resto de la campaña, pero diría adicionalmente que cambiar de dirigencia, cambiar de caballo a mitad del río, siempre es su proceso accidentado, no necesariamente todos los grupos del PRI, por lo que estoy escuchando y cuando los estoy escuchando están muy alineados en la idea de la renovación.
Creo que dentro del PRI empieza una disputa por el PRI de la derrota, como paso en el año 2000, cuando perdió Francisco Labastida Ochoa hubo una disputa por el PRI, también cuando perdió Madrazo en el 2006, hay una disputa por el PRI, porque es una marca interesante, relevante, aunque pueda irse a un tercer lugar en el Congreso y perder la Presidencia de la República, perder incluso las gubernaturas, se convierte en un partido relevante.
Y la marca tiene un valor, tiene un peso para la defensa del gobierno del presidente Enrique peña Nieto, tiene un peso para los que perdieron en la candidatura la disputa contra Meade, tiene un peso para los gobernadores que quedan en funciones, como puede ser Alfredo del Mazo y otros neo priístas como Silvano Aureoles.
Lo interesante es este proceso de desinstitucionalización o fragmentación de todos los partidos; después de que le invertimos tanto dinero al sistema de partidos, es impresionante que los candidatos te estén presentando a título personal cuando estamos hablando de un proceso de instituciones, de años, de mucha gente, que es lo que finalmente queremos en una democracia en México.
¿René Juárez es el relevo indicado en este momento para la campaña de José Antonio Meade?
No es fácil encontrar en este momento un cuadro con el peso de la respetabilidad, Juárez es un militante de base, que ha hecho todo el escalafón priista, desde una alcaldía, la gubernatura, el Senado, pero tenemos la impresión de que no es una persona muy identificada con Enrique Peña Nieto, me da la impresión que incluso en algún momento tuvo aspiraciones a algún cargo, gabinete, alguna cosa que no apareció.
Y finalmente es una persona cercana al exsecretario de Gobernación, Osorio, fue subsecretario en el último tramo de Osorio, después de que Luis Miranda abandona la Subsecretaría para ocupar la Secretaría de Desarrollo Social y se convierte en un operador político clave.
Me da la impresión de que el proceso de la sucesión presidencial, René Juárez jugó un papel muy importante de puente entre varios grupos y muy relevante dentro de la Secretaría de Gobernación y para efectos de la sucesión Presidencial y era un grupo que había que incorporar y darle alguna relevancia, experiencia nacional, que la tiene, porque ha sido delegado, ha ocupado carteras al interior del PRI de muchos años.
Y ser líder del PRI toma días, a veces toma meses, a veces ni con los meses, ni con los años, como Enrique Ochoa.
Ochoa Reza nunca fue líder del PRI, fue presidente del PRI, pero nunca líder del PRI.
No podemos suponer de la noche a la mañana esto, además hay que encontrar las limitaciones, René Juárez tiene enfrente una gran pulverización de grupos, un desencanto con los posibles resultados de la elección, hay dentro de las campañas personas que viendo los números de manera más realista están pensando en el día después, el día después del 1 de julio y cómo se va a comportar el PRI, cuál es su papel de oposición.
 
Es un proceso que se vivió en 2006 y no es un proceso nada sencillo al interior del Partido Revolucionario Institucional la manera como se disputan los gobernadores y los actores esta posición.
René Juárez tiene muy poquito tiempo para hacer algo, las expectativas son relativamente bajas de lo que pueda ser y mi impresión es que va por las otras campañas, no tanto a sumarse a la campaña presidencial, habrá una división del trabajo, esa es mi impresión, en la que la campaña sigue teniendo la misma lógica, lo cual es una duda en términos de relanzamientos si no hacía falta fortalecer la campaña con otro tipo de cuadros.
Ayer mismo le decían a otros periodistas en entrevista, se lo han dicho muchas veces a José Antonio Meade, tiene más cuartos de guerra que la Segunda Guerra Mundial y es verdad, está muy fragmentado y el ánimo no es homogéneo, la comunicación no ha sido la más eficaz, ni la estrategia red es una sola.
En el cuarto de campaña de José Antonio Meade hay muchos panistas, que evidentemente le meten mucho ruido al PRI cuando aparecen en escena o son voceros o son operadores, en cualquier militancia, hablemos de manera neutral, en términos de que cualquier militancia habiendo militantes de otros partidos, evidentemente le mete ruido.
No olvidemos que se trata de una coalición, en la que además está el Partido Verde Ecologista, con todo lo del niño verde y lo que implica y ayer le implicó en términos de explicación y el Panal, con todo lo que implica con efectos magisteriales.
Estar defendiendo tres partidos, estar defendiendo la administración pasada del presidente Enrique Peña Nieto y estar desde el PRI, no es un rol sencillo y eso es lo que enfrenta en este momento el candidato Meade.
El PRI va a rescatarse a sí mismo, ya no a Meade y menos a Peña Nieto.




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