¡Lástima Margarita… llévenla al baaaileee!!! Por Ricardo López

Este medio día se dio un hecho político, insólito para unos, ya esperado para otros: Margarita Zavala renuncia a la candidatura presidencial y deja la contienda electoral por la Presidencia de México.
Dentro del tema político, esto significa mucho y da a entender, para los que saben de política, que el trueque o negociación en Los Pinos sigue siendo recurrente, pudiéramos decir que en este momento es muy necesario.
La renuncia de Margarita Zavala no solamente obedece a la poca respuesta de los electores, sino al poco interés que se tuvo en ella a pesar de ser Felipe, su marido, quien estuvo detrás de la campaña de Zavala.
En tan singular acto, salieron, tanto Felipe cómo Margarita, mejor beneficiados, aunque pareciera increíble el poco aparato político y sus seguidores va a ir a parar a la campaña de José Antonio Meade, pues “no levanta” por más que le han invertido grandes cantidades de recursos.
La dupla Calderón – Zavala, apoyará sin dudarlo al candidato del PRI pues el odio que se tiene de éstos a Ricardo Anaya es verídico totalmente. El queretano logró dividir su partido y echar al expresidente junto con su esposa y hermana (Cocoa) dando veracidad al dicho de “cuando el perro es bravo, hasta a los de la casa muerde” el cual queda perfectamente para Anaya.
Margarita seguramente estará desconsolada, meditando su decisión, la cual, para muchos es acertada ya que en lo que se vió en la efímera trayectoria como candidata, le faltaba “altura y tablas” para lo que estaba en juego.
¿De nada le sirvió aquel momento de inspiración, cuando en un acto de alianza femenina, se dijo que, si Hilary Clinton pudo ser candidata, ella, Zavala, por qué no?
La historia ya la sabemos, Hilary perdió y ahora, Zavala sale derrotada prematuramente.
Ahora sí, que su salida evoca aquel segmento de Víctor Trujillo y Ausencio Cruz en La Caravana, cuando Margarito estaba concursando y al final, perdía estrepitosamente el concurso, siendo el personaje de Trujillo, como conductor del concurso, terminaba con la ya clasica frase:
“Laaastimaaa Margaritooo”… Solo que aquí, sería para Maaargaritaaaa!!!
Es cuánto.