Que diferente se perciben las realidades de la clase política para el pueblo de México; parece que dos polos opuestos y confrontados están en una batalla que a muchas luces tiene un claro vencedor, al que además de la lógica matemática lo hará triunfar un pueblo “con hambre y sed de justicia”, como lo dijera en alguna ocasión Luis Donaldo Colosio Murrieta en aquel mítico discurso a las puertas de un enardecido Monumento a la Revolución, donde miles clamaban un trato digno a los diferentes sectores de la sociedad.
Y digo esto porque dos de los aspirantes a la Presidencia de la República Mexicana han visitado tierras michoacanas; Ricardo Anaya Cortés candidato por el Frente y Andrés Manuel López Obrador candidato por la coalición Juntos Haremos Historia. Sin embargo, hasta en los eventos realizados por los organizadores de dichos contendientes hay diferencias muy marcadas; Anaya Cortés un candidato poco cercano al pueblo, con eventos cerrados donde las situaciones se pueden controlar de mejor manera, en comidas privadas segmentadas donde el pueblo ni acceso, ni opinión.
Por otro lado el tabasqueño reafirma la confianza de la gente en eventos llevados a cabo en plazas públicas de distintos municipios del estado; así como lo ha venido haciendo en todo el país, matizando sus propuestas en contra de la corrupción y a favor de un gobierno que se encuentre al servicio de la población; donde se privilegie a los sectores más desprotegidos, donde la gente se le entrega, le habla, exclaman su nombre, recitan mil y un consignas en favor de su proyecto.
Por otro lado he escuchado algunos comentarios que expresan que el próximo primero de julio los mexicanos saldrán a ejercer un voto de castigo, un voto de molestia en contra de los múltiples abusos que el gobierno actual ha cometido en contra de los ciudadanos. Sin embargo; yo discrepo en su totalidad pues será uno de los sufragios más informados, conscientes y sensatos que se hayan registrado en la historia de la nación, y digo esto porque la gente sabe lo que ya no quiere: no más gasolinazos, no más hospitales sin medicamentos, no más injustica y no más hambre.
Pues hoy la democracia, al menos en México, se empieza a reflejar en los comentarios, reacciones y twits emitidos vía redes sociales; pues al fin se tiene un arma tan poderosa que ha cimbrado a las más grandes corporaciones de comunicación, un medio tan importante que puede ser retroalimentado por diferentes expresiones, ideas y contrastes, pero que a final de cuentas reclamará la molestia cuando se lleguen a cometer abusos por parte de los poderosos, de los influyentes y de aquellos que simplemente se han servido del pueblo.
Concluyo acotando que son muy marcadas las diferencias entre los diferentes aspirantes a la Presidencia de México, basta solo con observar cómo ha respondido la gente en los distintos puntos de nuestro estado, a algunos les parecerá poca cosa, pero por ahí dicen que en la política todo tiene una razón de ser.