Por: Jorge Irving Vílchez Durán*
La única autoayuda que verdaderamente sirve es la autoayuda colectiva, y esa se llama Política.
Se dice de Morelia que es una sociedad conservadora. Tal vez sí en algunos aspectos, no así en lo electoral. En Morelia hemos tenido (padecido) gobiernos de todos los colores, olores y sabores. Ha gobernado el PRI, el PRD, el PAN, incluso fue el primer municipio del país que eligió a un Presidente Municipal sin partido político, y ahora por Raúl Morón, quién pertenece a Morena.
Aquí el problema no es que las y los morelianos elijamos mal, o seamos indecisos. Lo esencial radica en que, tanto partidos como el gobierno que encabezó el Presidente Independiente, Alfonso Martínez, han hecho creer que el voto es un cheque en blanco que vale para todo.
Ninguna decisión política pasa por una deliberación previa. Si hemos asistido a foros donde se discuten distintos temas, debemos decir que son más espacios de legitimación del tema en cuestión, que foros de deliberación que pudieran plantear la mejor de entre varias opciones para solución a un problema específico. Esto también aplica para el Congreso Local, donde cada legislatura vemos decisiones tomadas en lo “oscurito” y en contra de la voluntad de la ciudadanía.
La clase política hace tiempo que se emancipó de la ciudadanía, y ahora debe darse cuenta que la Gobernanza es necesaria para consolidar nuestra democracia, y que la deliberación pública debe ser un ejercicio normal y recurrente, tanto en el ejercicio de gobierno como en el legislativo.
Afortunadamente están surgiendo fuerzas políticas que abanderan formas de organización más horizontales y deliberativas contra los problemas que enfrentamos. Pedro Kumamoto y Wikipolítica demostraron que se puede hacer política de otra manera; que se puede ser transparente, eficiente y cercano a la ciudadanía.
El Informe del Latinbarómetro 2017 nos arrojó que el apoyo a la democracia ha disminuido considerablemente, quedando con un 38% a favor y perdiendo 10 puntos porcentuales con respecto al año 2016. El diagnóstico no puede basarse en una “crisis de representatividad”, o por lo menos no solamente; también padecemos de una “crisis de gobernabilidad”, en la que los gobiernos se ven rebasados, y es necesaria la inclusión de actores de la Iniciativa Privada, la Sociedad Civil y la Academia, para dar solución a las dificultades específicas que se le presentan a cada población.
A mayor involucración y participación de la ciudadanía, deberá ser más difícil que exista corrupción en las instituciones.
Nos toca a todas y todos, desde Gobiernos, Congreso, medios de información, Iniciativa Privada, Sociedad Civil, Academia y población en general, hacer de Morelia una ciudad próspera y democrática. ¡Democracia real ya!
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*Jorge Irving Vílchez Durán.
Politólogo por la Universidad Nova Spania.
Fue presidente del Ateneo Nacional de la Juventud A.C., Comité Morelia.
Fue presidente del Comité Distrital Electoral de Morelia Sureste del Instituto Electoral de Michoacán en el proceso electoral 2017-2018.