Por Ricardo López
A cuatro años del terrible hecho que deja marcada la memoria de millones, no solo México, sino en todo el mundo, los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, Guerrero, que hasta la fecha están desaparecidos, siguen siendo motivo de lucha social.
Hasta el momento, toda la información oficial que se ha dado, solo es un cuento mal escrito, que ni un niño puede creer con semejantes resultados.
Es un crímen de Estado que no puede ser ni olvidado ni perdonado, mucho menos ponerlo a modo para discursos políticos oficialistas que hoy seguramente habrá en varias partes del país.
El aún Presidente, Enrique Peña Nieto, le deja un gran compromiso al entrante, quien ya lleva varios acercamientos con los padres de los desaparecidos, mientras que Peña Nieto solo una vez los recibió. Vaya compromiso, lo cual deja en claro el nulo interés de resolver este tema, dejando una brasa ardiente a su sucesor.
Los estudiantes de Ayotzinapa son la punta de la flecha, son 43 seres humanos que se convirtieron en estandarte y petición de justicia para cientos de desaparecidos en México. No son sólo 43 los desaparecidos que claman justicia sus padres y familiares, faltan muchos más, que sus familias siguen clamando justicia y saber la verdad sobre sus familiares, que un día ya no regresaron.
Son los periodistas, activistas sociales, defensores de ecosistemas, playas, montes y selvas los que desaparecieron, se esfumaron así de repente, por ser incómodos al sistema y a los intereses político económicos de un clan neoliberal que nada le importa el planeta y la humanidad.
Tan sólo de estos 43 se les ha “colgado medallitas” hasta con estupefacientes, a razón de la zona más prominente de amapola en México; se ha dicho tantas cosas que solamente tornaron en confusión el tema, qué mejor para el Gobierno Federal, aguas turbias nunca dejarán ver fondo.
Los 43 de Ayotzinapa seguirán siendo buscados, los mexicanos merecemos saber la verdad ahora, no treinta años después, cuando las nuevas generaciones no recuerden ese tema.
El poder fáctico siempre apuesta al olvido, a la memoria borrada … ejemplos hay muchos. Sin embargo, la esperanza de que a partir del próximo año se de celeridad a este caso, pone la esperanza de los padres de los 43 mas los de los cientos más, a que sepan la verdad y los encuentren.
México es una gran carnicería humana, cuántas veces se ha negado o ridiculizado este comentario; tan es verdad, que se han destapado miles de fosas clandestinas, y hay trailers con cajas frigoríficas paseándose por caminos y carreteras, llenas de cadáveres, al verse las morgues rebasadas en capacidad.
Esto es México hoy, lejos del triunfalismo patriotero de Peña Nieto y Calderón, creador de la debacle.
Somos un país donde la verdad duele y es incómoda, ojalá dejemos de serlo muy pronto.
Es cuánto.
PROMETEO // Faltan 43 … y más !
