Por Gerardo A. Herrera Pérez
En estos días, la Caravana migrante paso por la Ciudad de México; es una caravana migrante diversa, cultural, social y sexual. Es una caravana que expresa el sentido de lo que es la América Latina, pluricultural, multiétnica, de expresión diversa sexual; es una caravana que se niega a ser sometida por un nuevo neocolonialismo, expresado por violencia, por el poder político, por el crimen organizado y, el mercado y consumo.
La Ciudad de México, con su apertura y respeto a las libertades acogió a un grupo importante de personas trans, que invisibilizados dentro de la caravana se sumaron a estas acciones de salir de sus paises; las personas trans caminaron con la caravana para huir de la discriminación y violencia y de todos aquellos mecanismos de opresión que viven en Honduras, Guatemala, el Salvador.
Según se sabe, uno de estos grupos de personas trans que llego a la Ciudad de México y que con posterioridad se trasladaban a través de dos autobuses a Tijuana, se integraban por 4 menores de edad, 7 menores con orientación diversa sexual, 47 personas trans, 23 personas gay y, 14 mujeres lesbianas; no obstante existen otros grupos más.
Reitero, nadie puede ser violentado en sus intenciones de mejorar su calidad de vida y la de su familia, las personas migrantes huyen de sus espacios que los vio nacer, por la desigualdad, por la pobreza, la violencia, y el crimen organizado, la corrupción, la discriminación y violencia por ser diferentes, por tener una orientación sexual diferente a la hegemónica, o tener una identidad de género o expresión de rol de género distinto con el sexo que se nació, así como una multiplicidad de aristas que vistas en el enfoque de la complejidad no es simple la disección del problema migratorio y de la caravana, por lo que consideramos debe abordarse la problemática con un enfoque transdisciplinario.
En este contexto, se deberá continuar trabajando, y por ello, reconocemos aquellas organizaciones de la sociedad civil que ya han emprendido actividades en apoyo y atención a los miles de migrantes de la caravana; pero también de las obligaciones que tienen las autoridades mexicanas para brindar una atención que respete los derechos humanos de esta población. En este sentido se han venido coadyuvando acciones con organizaciones de la sociedad civil que apoyan a personas trans, así como el apoyo que se recibió del Copred de la Ciudad de México, ambas acciones plausibles.
De esta manera la caravana sigue su camino, sigue esa diversidad social, cultural y sexual acompañada, caminando de la mano. Ayer, transitó por Michoacán dos camiones que venían de la Ciudad de México con migrantes de la diversidad sexual y personas trans; se supo por las redes sociales, que el mismo había sido detenido, no obstante derivado de la acción de las instituciones locales y el trabajo de la sociedad civil, fueron liberados los miembros de la comunidad trans y siguieron su camino.
De ahí que consideramos que es importante, pero también urgente, de ya, que las autoridades de los tres órdenes de gobierno: federales, estatales y municipales, garanticen a los migrantes el tema de la seguridad, como principal derecho a proteger que es la vida, pero adicionalmente es fundamental que se brinde, por haber mujeres, niños, niñas, adolescentes, y personas trans, la ayuda humanitaria a la caravana, sin discriminación por ideología, por edad, sexo, género, identidad, orientación sexual, condición de salud, económica, o condición de migrante. Solo recordemos que todos ellos y ellas son grupos en condición de vulnerabilidad.