Sergio Rodriguez .
Morelia, Michoacan. – En el bimestre agosto – septiembre, llega a mi mente una bella reflexión. Porque sin duda son 60 días donde la cita de Salvador Allende queda como dedo en el anillo, porque “El ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica”.
Para quienes no sepan agosto es considerado el mes de la juventud, esto debido a que el día 12 es la conmemoración internacional de la juventud. Sin duda un mes lleno de activismo joven, fechas llenas de actividades de empoderamiento juvenil, donde la agenda publica se rinde a la vitalidad y entusiasmo por los jóvenes que desean ser parte de las decisiones importantes de nuestro país, estado y municipio, algo para celebrar, dejando de lado el tradicional discurso de futurismo utópico, es que hoy por hoy comprendimos que la realidad nos esta rebasando, que no hay futuro sin jóvenes, que somos el presente y que los retos del día a día no nos han esperado, y ya están aquí para enfrentarse a nuestro trabajo.
Por otro lado, septiembre llega con aires de patriotismo, nuestra identidad surge reviviendo las grandes luchas que nos dieron las garantías y libertades que nos permiten decidir nuestros sueños, con historias de niños que se convirtieron en héroes y defendieron la soberanía nacional hasta las bellas ideas de creer en una sociedad mejor sin esclavitud, ahí donde se nos permite soñar en un México con las mismas oportunidades para todos. Cada letra de nuestro país es tatuada con el pasar de los días, generando una sinergia que explota en una efusividad colectiva en el tradicional grito de independencia.
Estas dos grandes ideas concentradas en un bimestre deben generarnos a nosotros como jóvenes la impaciencia que produzca una agenda publica que sea concretada con acciones progresistas donde la prioridad sea el impulsar los derechos humanos, así como el respeto a las decisiones que queremos tomar para un futuro donde se persevere el bien común fuera de intereses particulares de entes cupulares, los jóvenes somos la fuente de la revolución, y las revoluciones están para cambiar las realidades. Por último, les recuerdo que, si nosotros no participamos, siempre van a decidir sin nosotros.
