Por Héctor Tapia
Tras lanzar al ruedo, a la luz pública, el proyecto político de Futuro 21, los liderazgos nacionales del Partido de la Revolución Democrática (PRD), los referentes, los líderes de las tribus aún existentes (aunque ya no en papel), entendieron de “sopetón” el rechazo de parte de la militancia hacia este proyecto.
El experimento de anunciar con bombo y platillo la plataforma de Futuro 21, impulsado por los principales referentes perredistas a nivel nacional, entre ellos el último gobernador por este partido, Silvano Aureoles Conejo, Miguel Ángel Mancera, y los Chuchos (Jesús Ortega y Jesús Zambrano) arrojó en primera instancia una confusión y posteriormente el rechazo de la base.
Este repudio se originó tanto al interior del partido, como al exterior, al electorado que no es militante, por la postura de adherir a Gabriel Quadri (Ex candidato del PANAL a la presidencia de la república), José Narro (ex candidato a la dirigencia nacional del PRI), entre otros, que enviaba el mensaje de “a toda costa” ser oposición de Andrés Manuel López Obrador con la proyección de ganar espacios en la Cámara de Diputados para el 2021 y no dejarle las mayorías a Morena y al presidente, como actualmente está, no importando con quien se hicieran las alianzas.
Esto obligó momentáneamente a recular, aunque sólo en lo público, en seguir con la intensa campaña de intentar posicionar a Futuro 21, y más bien llevar este trabajo “a la callada”, para dejar que pasara el malestar, y esperar en consecuencia “mejores tiempos” para volver a retomar el tema.
Aun así, hay perredistas en varias partes del país, que –anticipando que se buscará imponer este proyecto más adelante- buscan reagruparse y dar la cara y la lucha a la cúpula de su partido, por lo que se anticipan dos bloques previo a la renovación de la dirigencia nacional del partido, y a la Convención Fundacional que se vivirá a finales de año.
La muestra la pusieron los perredistas del Estado de México, entidad federativa que más afilió al partido, según la información del último corte, donde se refiere que ellos afiliaron y reafiliaron 300 mil personas, contra 170 mil que se logró en Michoacán.
Y es que en esa entidad federativa, luego de que en días pasados se realizara un foro de Futuro 21, este grupo de perredistas salió y se pronunció sí por la apertura del partido, pero con la condición de que primero se dieran las renovaciones de las dirigencias, como se tiene previsto.
El 19 de septiembre pasado, en ese pronunciamiento señalan que:
“Coincidimos en la idea de abrir el partido a las organizaciones de la sociedad civil, a los liderazgos regionales que promuevan un pensamiento innovador que contrarreste las tendencias regresivas que vivimos.
Consideramos indispensable, que esta apertura debe estar precedida de la renovación de los órganos de dirección y de una discusión orgánica en el marco del próximo congreso nacional refundacional, es decir, que sea la voz de la militancia la que influya las decisiones de nuestra dirigencia.”
Quiénes signan ese pronunciamiento: los diputados locales en Estado de México, Omar Ortega Álvarez y Claudia González Cerón; 10 presidentes municipales y cuando menos una veintena de referentes perredistas en esa entidad federativa.
Este posicionamiento apunta a ser el primero de varios, entre ellos Chiapas, Veracruz, Puebla, Oaxaca y Ciudad de México, donde diversos actores perredistas, de distintos estados se estarán sumando, para garantizar que prevalezca la identidad perredista antes que cualquier alianza con otros actores, incluidos de los que buscan conformar otros partidos, y no como leen se está dando actualmente, que es a la inversa.
En el Estado de México, así como en otras, advierten algunos de ellos que se buscará ir “imponiendo” el proyecto de Futuro 21 y la agenda prevista originalmente para ir limando las asperezas que se originaron desde el principio.
