Raúl López Téllez
“Traidor!”, “¡Vendido!”, “¡Judas!”, fueron las expresiones vertidas al dirigente del Sindicato de Profesores de la Universidad Michoacana (SPUM), Jorge Luis Ávila Rojas, por un grupo de delegados electos que le reclamaron la ilegalidad del XXXVII Congreso General de Representantes, mismo que afirman no se instaló dentro de los marcos estatutarios y en el que se habría aprobado negociar con Rectoría la reforma al Régimen de Pensiones y Jubilaciones.
Los gritos en contra del dirigente se dieron desde que éste inició la lectura de su discurso ante un auditorio de sus seguidores que, para contrarrestar la protesta, optaron por aplaudir para tratar de acallar las protestas.
Luego que recitó de nueva cuenta –ya el maestro de ceremonias los había mencionado-, los nombres de las “personalidades” en el presídium, Ávila Rojas señaló en la parte inicial de su discurso que “todo se puede dirimir dentro del recinto sindical…”, cuando los primeros gritos iniciaron: “¡Traidor, vendido!”, le gritaron los docentes y delegados ubicados a la entrada del auditorio del SPUM, con cartulinas donde le demandaban respeto a la legalidad, de donde no se movieron hasta que terminó la lectura el líder sindical.
“Pésele a quien le pese, las autoridades del SPUM han sido elegidas democráticamente…”, dice al micrófono Ávila y le gritan más fuerte, “¡Judas!”, a lo que los que están en los asientos aplauden y Ávila levanta la voz para hablar de logros como el pago de salarios devengados, aunque reconoce la “amenaza” de falta de pagos que se cierne en la UM por el contexto de crisis económica en la institución y alude a exigir un presupuesto para la Casa de Hidalgo, “pleno y seguro”, a lo que los gritos de sus impugnadores se oyen también más recio: “¡Chantajista, no hay dinero porque se lo han robado!”.
“Pese a quien se oponga, las decisiones en el SPUM las toman las mayorías”, dice casi al final de un discurso que concluye entre gritos de “¡Estatuto, estatuto!”, mientras unos débiles “¡SPUM, SPUM!” apenas si se escuchan por parte de quienes apoyan a Ávila Rojas, quien visiblemente molesto regresó al presídium mientras el maestro de ceremonias anunciaba la “magistral interpretación” del Cuarteto de Cuerdas de la UM, acompañado de la soprano Marlene Michell Solís, quien inundó con “Capullito de alhelí” y “Así” el recinto ahora en silencio absoluto tras el retiro de los maestros y delegados.
El inicio del evento estaba citado a las 11:00 horas en la sede sindical ubicada sobre la Avenida Universidad. Podría ser un evento más de aniversario, en esta ocasión el número 43, pero no. Apenas el viernes, Ávila Rojas señaló que se había desarrollado el XXXVII Congreso General de Representantes, cuya instalación legal cuestionaron delegados e integrantes de las comisiones autónomas de Vigilancia y de Honor y Justicia, quienes desde el día 9 declararon inválido el evento por falta de transparencia del padrón, a su decir, y demandaron la reposición del procedimiento, con una nueva convocatoria.
Ávila Rojas desde el día 9 declaró que el CGR estaba instalado y que se encontraba en un receso, aunque el día 10, los docentes y delegados que lo impugnaron se ubicaron en las afueras del SPUM, a lo que el dirigente y el Comité Ejecutivo General (CEG) optaron por trasladar a maestros en autobuses a un sede alterna, la cual terminó siendo el Centro Cultural Universitario y en donde habría salido como uno de los principales resolutivos, el que se instale una mesa de negociación con la Rectoría para abordar la reforma al Régimen de Pensiones y Jubilaciones, que rechazan docentes al considerar en principio que surge de un Congreso “que nunca se instaló”.
Con estos preámbulos, este domingo alrededor de las 10:3horas delegados y maestros en contra del CGR impulsado por la dirigencia arribaron al auditorio sindical, donde colocaron en los accesos dos mantas. Personal de protocolo del gobernador Silvano Aureoles Conejo –quien se preveía asistiría al evento-, veían sorprendidos como se colocaban las mantas y se daban las primeras esgrimas verbales entre sindicalistas. Lo mismo observó el equipo del secretario de Educación, Alberto Frutis Solís, que también se preveía arribara al lugar. A las 11:10 horas, los equipos de seguridad del Ejecutivo y del funcionario se retiraban del lugar, lo que conformaba que habían decidido no asistir.
También el rector Raúl Cárdenas Navarro no asistió, “por motivos personales”, dijo para justificarlo su representante, el secretario académico Orepani García. Tampoco fue el alcalde Raúl Morón Orozco, en su lugar estuvo Humberto Arroniz, secretario del gobierno municipal. Tampoco estuvo el presidente de la Junta Directivo del Congreso del Estado, Antonio Madriz, quien envió a Mario Báez. Quien sí asistió con la representación plena, fue la delegada de la Secretaría de Educación Pública, Miriam Sánchez Arias, quien con una expresión seria fue testigo de la protesta.
Entrevistado al final del evento, nervioso y con una evidente molestia en su rostro, Ávila Rojas insistió en responsabilizar de las protestas al presidente de la Comisión Autónoma de Vigilancia, Fernando Moreno, quien el día 9 dijo que no se contaba con un padrón confiable ni condiciones cubiertas por el CEG para poder instalar el CGR de acuerdo al estatuto.
“Yo no veo eso (división en el sindicato), están bien localizados los compañeros y compañeras de atentar contra la vida sindical, las mayorías asistieron al Congreso, con esa parte me quedo yo”, dijo al ser cuestionado sobre la evidente división imperante y el malestar expresado en su contra.
-¿Desde su punto de vista ya no tiene razón revisar el que el Congreso no se instaló legalmente?
“Ellos aducen eso, pero la verdad es que los congresistas que asistieron, nos quedamos a realizarlo”.
-¿Apegados al estatuto plenamente?, se le cuestiona.
“Yo no quiero entrar en esa polémica porque es darle pie al que irresponsablemente ocasionó esto, el presidente del Comisión Autónoma de Vigilancia, Fernando Moreno, al momento en que decidió salirse del Congreso para hacer la graciosa huida y no defender la argumentación con diálogo, su posicionamiento ante eso, por eso creemos que no tiene la razón, si la hubiera tenido, se hubiera quedado, le faltó al respeto a los 315 delegados y congresistas de un total de 372, creo, no puede una sola persona, irresponsablemente hacer eso”.
-¿Qué escenarios de riesgo advertiría, si persiste esta desunión?
“Yo no veo esa desunión, veo a un grupo de personas que son muy protagónicos y hacen la interpretación que ellos consideran al estatuto”.
