Héctor Tapia
Los ayuntamientos, considerados como la primer ventanilla a la cual acuden los ciudadanos, enfrentan severos problemas que los mantienen en cierto grado de inoperancia a partir de las crisis financieras que enfrentan, las cuales se deben principalmente a dos causas: la primera que destinan hasta el 70% de sus presupuestos para el pago de nómina, y la segunda que tienen severas deficiencias en su capacidad recaudatoria.
Ambos problemas, explicó el diputado Arturo Hernández Vázquez, presidente de la Comisión de Hacienda y Deuda Pública, no se deben necesariamente a las actuales administraciones, sino que se les han heredado.
En entrevista dijo que hay municipios ni siquiera cobran el servicio del agua “y saben que si empezaran a cobrarlo serían los villanos” por lo que muchos, por interés político, deciden no entrarle a regular este aspecto y solucionarlo.
Sin embargo, apuntó, “esta incapacidad recaudatoria los lleva a generar incapacidad de ingresos federales, ya que estos recursos llegan a los municipios por una fórmula basada en la capacidad recaudatoria por el número de la población”, y si los ayuntamientos no avanzan en su recaudación, si no se preocupan por ello, explicó, entonces quedan excluidos de recursos federales.
Aún así consideró que esto se puede revertir si los presidentes municipales y los cabildos tienen una efectiva comunicación con su población, y si son transparentes y ejercen bien los recursos, de esa manera los ciudadanos podrían cumplir con sus responsabilidades, lo que derivaría en que no sólo tengan ingresos por estos aspectos, sino que serían considerados por le federación.
Actualmente, explicó, “ningún municipio tiene cualidades virtuosas en calidad de los recursos que recauda, pero no es culpa de ellos”, son problemas heredados los que enfrentan.
Por otro lado, dijo, “la ley de disciplina financiera obliga a los gobiernos locales a que si no ejerces, a regresarlo, y esto obliga a la federación a restártelo”.
