Raúl López Téllez
Ante la entrada a escena del Sindicato de Trabajadores (STUMICH), al aceptar la reforma a Pensiones planteada por la Rectoría de la Universidad Michoacana, el Sindicato Único de Empleados (SUEUM) a través de su dirigente Eduardo Tena Flores reprochó a la autoridad universitaria que “si ya tienen su opinión, para qué quieren la de nosotros, sus 70 votos seguramente servirán para modificar un régimen al cual ni siquiera tienen derecho, pues el Contrato Colectivo de Trabajo no les pertenece”.
De acuerdo con el STUMICH, su disposición a favor de la reforma incluso ya fue depositada ante la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, condición impuesta por la federación para acceder a fondos extraordinarios por 550 millones de pesos. El SUEUM por su parte se niega a la Reforma y Tena Flores ha señalado que renunciaría antes que firmarla, aunque sostienen un diálogo con Rectoría sobre el tema a través de una Comisión Mixta.
El STUMICH se integró con ex integrantes del SUEUM, tras impugnar un proceso de renovación sindical donde fue reelecto Tena Flores. Cuenta con Toma de Nota de la JLCyA y ganó un amparo para gozar de los mismos derechos de los sueumistas, quienes efectivamente detentan la titularidad del Contrato Colectivo de Trabajo.
En la sesión realizada este jueves con las autoridades, se consideró una “salvajada” que se retengan salarios a cambio de firmar reforma al sistema jubilatorio, de acuerdo al secretario de Organización, Moisés Mendoza Campos.
De acuerdo con el área de Prensa del SUEUM, las autoridades entregaron sus propuestas luego de recibir las observaciones de los empleados, quienes además mantienen movilizaciones para demandar la regularización del pago de salarios, al adeudárseles la primera quincena de diciembre y la primera parte del aguinaldo, principalmente. Estas propuestas serán sometidas a consideración del Consejo General de Delegados, sobre las que Tena Flores adelantó “que haya algunas propuestas de modificación al documento con el que se garantiza el derecho de los jubilados y trabajadores activos” y que ya era contemplado en la llamada “propuesta final” de Rectoría, calificativo que impugnó el líder al considerar que la última propuesta debería venir del gremio.
