Por Héctor Tapia
Ya entramos en los días de los jaloneos, en las mediciones, en el estira y afloja, de ver con quién sí y con quién no; de cálculos aritméticos, sí leyó bien, para ver qué sí conviene y con quién no, para conformar alianzas y coaliciones. Ya sea de facto o de manera formal.
Frente a esto todavía hay partidos que se mantienen en la indefinición, otros que claramente han dicho que no, otros que han referido que sí. Todos, o si bien la mayoría, tiene la cara sumida en la calculadora. O deberían.
En política las campañas y los procesos electorales no se ganan sólo con ideales, y en eso tenemos que diferenciar; son sumas y restas. Esto no significa que no tenga que haber congruencia entre lo que ofertan y lo que hacen y representan cada uno de los partidos y los perfiles que han venido alzando la mano, ya sea de manera disimulada o de forma más clara, en sus intenciones.
Y es que si bien es cierto que el proceso electoral empieza pasada la primera semana de septiembre próximo. Para el ámbito oficial, lo público, será para los temas de organización del proceso, los preparativos.
Sin embargo, en lo corto, este proceso comenzó a caminar desde que se conocieron los resultados electorales de la elección pasada, y de quienes asumieron y se colocaron en ciertas posiciones que les han ido dando ciertas luces de cómo se viene comportando el panorama político electoral.
Bajo toda esta óptica y circunstancias, y conforme también se mueve la aprobación y rechazo hacia los gobiernos, hacia las políticas públicas, y legislaciones, que han tenido los actores de cada partido, se va teniendo cada vez más certeza de cómo estará la tendencia electoral que se reflejará en las urnas el 6 de junio del próximo año.
A partir de ello, desde ahora, podríamos ir trazando cómo va cada partido, cada actor político, les afectará de manera positiva o negativa el construir alguna coalición o alianza, ya sea de facto o formal, de cara al proceso electoral venidero, que garantizará el resultado que buscan. Insisto, aunque sí tienen que ver las pasiones, en el terreno de los hechos todo se mueve en función de cálculos aritméticos, que serán de suma si son acertadas las decisiones, o de resta, si estas determinaciones no son las adecuadas, aspecto que reflejan las mismas militancias y simpatizantes a la hora de decidir como un síntoma de las decisiones de sus liderazgos.
También es cierto que nada está dicho. Hay fuerzas políticas que en este momento son predominantes, pero eso no es garantía de que ya se tiene la victoria; depende de otros factores que lo garantizarán o que quitarán esta posibilidad.
Siendo así, veamos los bloques y las fuerzas cómo se van colocando y cuáles han venido siendo sus posturas, así como los efectos que podrían tener, como escenarios, en el resultado del proceso electoral. Y, antes de ir por partes, cabría remarcar que no si bien son importantes las gubernaturas, la siguiente conformación de la Cámara de Diputados es donde más se ha centrado la atención principalmente de las fuerzas de oposición, tanto por el PAN, como el PRD hasta el PRI.
No hay que perder de vista los posibles nuevos 5 partidos políticos que podrían entrar al juego de las elecciones, donde no podrán ir ni en alianzas ni en coaliciones, la legislación no se los permite, y que harían meya en los partidos ya establecidos.
Bloque afín a la 4T
Hasta el momento, según todas mediciones, absolutamente, Morena es el favorito para ganar la gubernatura. Eso no es garantía, como ya dije. Se han visto encuestas donde hay una aparente tendencia y que a la hora de la votación el resultado es uno diametralmente distinto.
El partido del presidente en la elección pasada fue con el PT y con Encuentro Social, esto más allá de garantizar la victoria al proyecto de la cuarta transformación, logró obtener una hegemonía importante en los distintos cargos de elección a partir de las elecciones: desde alcaldes, diputaciones locales, federales y senado de la república.
Un año después los integrantes quisieron experimentar en algunas entidades yendo solos y el resultado fue claro: perdieron. Y la lección ahí está. Se necesitan. Si quieren consolidar la Cuarta Transformación, se necesitan; ambos se aportan, se complementan. La soberbia de ninguno de los dos cabe, para el caso de Michoacán y el resto de las gubernaturas que jugarán en las elecciones venideras.
En este aspecto hay varios aspectos que considerar a este momento, para el caso Michoacán: el PT ha amagado con la posibilidad de ir solo, o con el Verde Ecologista, incluso; éste último con el gobierno de López Obrador se asumió como un partido afín a la Cuarta Transformación, un aliado del presidente.
Tanto el PT como el Verde Ecologista han tenido importantes incrementos en militancia, y en sus últimas elecciones crecieron también de manera sustancial en los cargos de representación, lo que los pone en una perspectiva competitiva si decidieran ir solos. Sin embargo, regreso a lo mismo, si quieren consolidar la llamada Cuarta Transformación desde Michoacán, tendrán que unificarse en un solo proyecto, esto tendría que llevar también a Morena a bajarle a la soberbia y reconocer que necesita de los aliados. Esto último, de no darse, es lo que podría poner en riesgo su proyecto para Michoacán.
PRD y PAN, tienden a aliarse; hay condicionantes
Por ahora los únicos partidos que han mostrado más interés de conformar una alianza o coalición son el PRD y el PAN. Ya se han registrado varios encuentros. Ambos reconocen que solos, según las tendencias, no obtendrían una victoria en las urnas. Todavía no tienen perfiles con suficiente peso y proyección que podría darles una victoria yendo solos.
También, hay que remarcar, y esto se desprende del comportamiento del proceso electoral pasado, si el PRD, quien va en la cuarta posición en todas las encuestas electorales, quisiera imponer a un candidato en una eventual alianza con el PAN, éstos últimos no lo permitirían; el propio Oscar Escobar Ledesma, dirigente estatal del blanquiazul ha referido que de ir en alianza ellos tendrían mano en poner al candidato.
Sin embargo, por otro lado, en el caso inverso, si el PAN quisiera poner a su candidato a una eventual alianza con el PRD, la militancia de este último partido terminaría por desgranar lo que le queda producto del proceso electoral pasado. Entonces quedaría solo una marca y una estructura plenamente disminuida.
Tendría que ser un candidato externo el que abanderara a ambos, alguien que no los pusiera a pelear con sus militancias; y ahí, en esto último, es donde están actualmente. Ya ha trascendido que habría un acuerdo para impulsar al ex alcalde Alfonso Martínez Alcázar, quien lleva toda la semana reuniéndose con alcaldes michoacanos, haciendo recorridos, trabajando política y públicamente, anda más activo que hasta antes de este trascendido.
Hay resistencias en ambos partidos, sí, las hay. Pero esa es la tendencia. Aunque todo puede cambiar. Y frente a éste último escenario, tanto el PRD como en el PAN tendrán que ir trabajando, y lo vienen haciendo, su respectivo “Plan B”. Por eso es que algunos de los referentes de cada uno de estos partidos viene apretando el paso para ser considerado como una opción viable llegado el momento de las definiciones.
Están puestos a la pelea.
PRI incierto; ¿en fase de recomposición o de entrega?
Al momento, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Michoacán ha guardado un “silencio ensordecedor”, y está a la expectativa. Y resulta paradójico porque fue el partido que de forma absoluta, en números fríos, fue el segundo partido que mayor cantidad de votos obtuvo en el proceso pasado en Michoacán.
Traen a cuestas una marca minada por las acusaciones ligadas a presuntos actos de corrupción que se dieron con Enrique Peña Nieto, desgaste y desapruebo que les costó el dominio político que llegaron a tener hasta antes de la llegada de López Obrador a la presidencia.
Sobre este partido se ha especulado mucho sobre si apuntará a ir solo, o si le entraría al bloque opositor al presidente Andrés Manuel López Obrador. A nivel federal no ha sido tan crítico de la llamada Cuarta Transformación, sólo en algunos aspectos específicos.
Tiene también a sus propios perfiles para competir por la gubernatura principalmente. Pero antes de entrar a los nombres, lo que todavía no se tiene claridad es su política de alianzas, y a su vez esto los pone en una disyuntiva.
Si van sin alianzas, solos. Le harían un favor a la Cuarta Transformación frente al bloque abiertamente opositor al presidente. Dividirían a la oposición.
Y si se alía con el PRD y con el PAN, quién sabe si realmente ganarían. Porque a la hora de repartir candidaturas estas se tendrían que distribuir entre los partidos participantes, y se verían a su vez disminuidos.
Por el momento lo que se observa es que hay una tendencia de no ir en alianza ni en coalición; aunque también todo indica que esperarían hasta el último momento para definirlo públicamente.
MC, insiste en ir solo
Ha habido especulación constante en Michoacán sobre si éste partido participará en un bloque opositor al presidente Andrés Manuel López Obrador con el PAN y con el PRD; la dirigencia de este partido ha sido a su vez insistente en que no, que irán solos a enfrentar el proceso electoral.
Este partido tiene la posibilidad de acoger a los inconformes del interior de cada partido “fuerte” que resultarán de los procesos internos que librarán cada uno de ellos. Tienen una marca. Será cuestión de esperar las definiciones.
Nuevos Partidos
Este aspecto todavía no lo avala el Instituto Nacional Electoral (INE), pero se prevé sean 5 los partidos nuevos que aparecerán en las boletas. Y dado que no podrán hacer ni participar en alianzas ni coaliciones, estos terminarán restando a las otras fuerzas políticas, dado que la tendencia de participación ciudadana a la hora de ejercer el voto, ha sido constante, la misma. Es decir, los votantes que regularmente acuden a las urnas, serán el centro de la pelea.
