sábado, 7 - septiembre - 2024
21.5 C
Morelia
MXN - Peso mexicano
USD
19.98

OPINIÓN // ¿De quién es la culpa?

Por: Jorge Luis Hernández

La publicación de los datos económicos publicados ayer, 30 de julio, por el INEGI confirmaron lo que todos sabíamos: el país, como el mundo, está experimentando una crisis sin precedentes. Así lo reveló caída anual de 18.9%, en términos reales y con cifras ajustadas por estacionalidad, en el segundo trimestre del cada vez más funesto 2020.

La comprometida situación económica podría ser una tentación para regresar al debate sobre la pertinencia del PIB para medir la salud de la economía o bien para discutir si, efectivamente, esta crisis representa un riesgo para la calidad de vida de millones de personas en el país. Concentrémonos en la segunda.

Al respecto, las cifras oficiales estiman que entre 12.5 millones y 15 millones de mexicanos disminuyeron, o de plano vieron cortada, su fuente de ingresos en época del confinamiento. Y, aunque los datos del IMSS aseguran que se han perdido 1.1 millones de empleos a consecuencia de la pandemia, lo cierto es que está cifra se refiere específicamente a empleos formales. De hecho, organizaciones civiles como Acción Ciudadana contra la Pobreza consideran que, en este momento hay 21.6 millones de personas sin trabajo y que más de la mitad de ellos (13.8) se sumaron después del primer trimestre de este año, es decir a consecuencia de la pandemia.

Pero, más allá de las cifras, pensemos en las historias que protagonizan cada una esos millones de personas, y sus familias, que se enfrentan ahora a la pérdida de sus ingresos y cuyo futuro no luce promisorio (los expertos han calculado la recuperación tardará 2, 5 o hasta 10 años). Lamentablemente, las necesidades básicas no perdonan, y CONEVAL calcula que, para este momento, 69.6 millones de personas no tiene recursos laborales suficientes para completar la canasta básica.

En este escenario, con personas sin ingresos y sin condiciones para satisfacer sus necesidades mínimas de alimentación, vivienda y desarrollo humano, parecería hasta de mal gusto hablar de campañas electorales, urnas y votaciones. La maquinaria política, sin embargo, no se detiene y, tanto el presidente de México como sus opositores se dedican, un día sí y otro también, a echarle carbón a la caldera que mantiene veloz ese tren.

Sin embargo, los deseosos competidores, que ya están listos para el disparo de salida, deberían estar muy preocupados ante el difícil panorama que se avecina. Queda claro que, en una situación tan comprometida, los votantes definirán responsables por la crisis y, como lo estima la reconocida teoría del voto económico, los más proclives a sufrir el castigo son aquellos que detentan el poder en este momento.

La molestia del electorado no sólo podrá explicarse por la desafortunada crisis económica, de origen externo y de manera súbita, sino también por la pobre respuesta de los gobiernos, de todos los colores y niveles, incapaces de probar mecanismos que reduzcan el terrible impacto de la pandemia. Tampoco había que inventar mucho: ingreso mínimo vital, seguros de desempleo, aplazamiento del pago de impuestos, condonación del pago de los servicios públicos y muchas más medidas que han sido implementadas en países de todos los continentes, incluso en algunos mucho más pobres que el nuestro.

Así es que, lo que parece claro es que el eje primario de la elección del próximo año será la economía. Habrá que estar atentos a la retórica que construyen, unos y otros, para justificar su papel ante la crisis.

Si los postulados del viejo modelo de voto económico son aplicables a este caso, parecería que la oposición tiene todas las de ganar. Pero, con la oposición mexicana que parece esforzada en exhibirse, cada día más, como incapaz, lejana a las personas, retrógrada y clasista y con la experiencia previa en manejo de crisis, que no es precisamente brillante, ¿serán capaces de construir una narrativa y, sobre todo, un plan claro que permita superar la crisis en la que ya estamos y que amenaza con hacerse más aguda?, ¿lo harán los nuevos partidos y las viejas caras?, ¿será una bandera más para que, ahora sí, los independientes (verdaderamente independientes) den el golpe en la mesa que muchos hemos esperado?

Lo veremos. Y a todo esto, ¿de quién es la culpa?

@HernandezJorge

SIGUE LEYENDO

Más recientes

Telegram