Metapolítica
Morelia, Michoacán.- Louise Glück. Así se llama la nueva Nobel de Literatura. Una poeta de nombre desconocido para muchos.
El anuncio fue dado a conocer esta mañana por la Academia Sueca. Nacida en Nueva York en 1943, escribió más de una decena de libros, todos de poesía. Nacida en Nueva York en 1943, también es profesora de inglés en la Universidad de Yale, en Connecticut.
Desde su debut en 1968 con Firstborn, Glück ha publicado doce colecciones de poesía y algunos ensayos sobre el género. Ya había ganado el Premio Pulitzer por su poemario The Wild Iris (“El iris salvaje”) en 1993, y el Premio Nacional del Libro (2014).
Según el jurado del Nobel que le otorgó el premio, “posee una inconfundible voz poética que con austera belleza hace universal la existencia individual.
“Glück no sólo está comprometida con los errores y las condiciones cambiantes de la vida, sino que también es una poetisa del cambio radical y el renacimiento, donde el salto hacia adelante se hace desde un profundo sentido de pérdida”.
A continuación, dos de sus poemas.
El deseo
¿Te acuerdas de cuando pediste un deseo?
Yo pido muchos deseos.
Cuando te mentí
sobre lo de la mariposa. Siempre me pregunté
qué pediste.
¿Qué crees que pedí yo?
No sé. Que volvería,
que al final de alguna manera estaríamos juntos.
Pedí lo que siempre pido.
Pedí otro poema.
(De Meadowland, 1996)
Mañana lluviosa
No amas el mundo.
Si amaras el mundo habría
imágenes en tus poemas.
John ama el mundo. Tiene
un lema: no juzgues
si no quieres ser juzgado. No
discutas este punto
con la teoría de que no es posible
amar lo que uno renuncia
a comprender: renunciar
al discurso no significa
suprimir la percepción.
Fíjate en John, fuera en el mundo,
corriendo incluso en un día miserable
como hoy. Que
elijas no mojarte se parece a la patética
preferencia del gato por cazar aves muertas: completamente
consistente con tus dóciles temas espirituales,
el otoño, la pérdida, la oscuridad, etc.
Todos podemos escribir sobre el sufrimiento
con los ojos cerrados. Deberías mostrarle a la gente
algo más de ti misma; mostrarles tu clandestina
pasión por la carne roja.
(De Praderas, 2017).