Oscar Guerrero // Metapolítica
Morelia, Michoacán.- Tras una reunión con parte de sus integrantes, celebrada al interior de Casa de Gobierno, la Alianza Federalista envió una carta al presidente Andrés Manuel López Obrador, para, una vez más, solicitarle que se reconsidere una distribución más bondadosa en el recurso que se destinará a los estados y municipios del país en el ejercicio fiscal de 2021, valiéndose de un argumento central: las deficiencias recaudatorias que desató la pandemia del COVID-10.
En la carta que se hizo llegar a esta casa editorial, los diez gobernadores que forman parte de este bloque opositor, entre ellos Silvano Aureoles Conejo, cuestionaron con desagrado el por qué la Federación no ha respondido a la entrega de “recursos emergentes” para que los gobiernos estatales y municipales hagan frente a la contingencia sanitaria, cuando, desde su apreciación, han sido promotores de “políticas sanitarias y financieras para mitigar el crecimiento de los contagios y mejorar la capacidad de respuesta de nuestros sistemas de salud”.
“Hemos manifestado nuestra extrañeza por la negativa de la Federación a dotar a las entidades federativas de recursos emergentes para atender el severo impacto de la Pandemia en los sistemas de Salud y las economías locales, lo que ha presionado seriamente las finanzas estatales”, reza la carta signada por los gobernadores integrantes de la Alianza Federalista: Martín Orozco Sandoval, de Aguascalientes; Diego Rodríguez Vallejo, de Guanajuato; Miguel Ángel Riquelme Solís, de Coahuila; Enrique Alfaro Ramírez, de Jalisco; José Ignacio Peralta Sánchez, de Colima; Javier Corral Jurado, de Chihuahua; Jaime Rodríguez Calderón, de Nuevo León; José Rosas Alspuro, de Durango; Fracisco J. García Cabeza de Vaca, de Tamaulipas, y Silvano Aureoles Conejo, de Michoacán.
De manera simultánea, los mandatarios opositores del gobierno de Andrés Manuel López Obrador denotaron preocupación por la reducción prevista en el Presupuesto 2021 sobre participaciones y aportaciones federales a estados y municipios, donde se incluyen, según se señala en el documento en cuestión, recortes en rubros como infraestructura, seguridad y salud.
Esos mismos argumentos se ligaron posteriormente a una demanda que ha acompañado a la Alianza Federalista desde que surgió: modificar la Ley de Coordinación Fiscal, a fin de que los estados y municipios perciban más recursos por parte de la federación, sin importar que dicha condición no esté necesariamente sujeta al esquema recaudatorio de cada entidad.
“El debate sobre el Coordinación Fiscal es de primordial importancia para la estabilidad financiera de las entidades federativas y su capacidad futura para cumplir con sus obligaciones de proveer un entorno adecuado para la inversión y el desarrollo económico en sus territorios. Sin embargo, una reforma integral al Sistema Nacional de Coordinación Fiscal será un proceso de más largo aliento, que probablemente requerirá también el análisis de una reforma fiscal que aumente los recursos disponibles para distribuir”, agregan en la carta.
Al aterrizar sus demandas, los gobernadores integrantes de la Alianza Federalista precisaron cuatro peticiones primordiales al Ejecutivo federal:
• Hacer la distribución geográfica de recursos pendientes (INSABI, SCT)
• Garantizar la inclusión de proyectos específicos de infraestructura, que tengan un impacto sobre la reactivación económica de los estados
• Generar un fondo de estabilización en caso de que no se alcance la meta de la Recaudación Federal Participable, usando remanentes de operación del Banco de México, o subejercicios del PEF 2020 y 2021.
• Creación del Fondo para atención de emergencia sanitaria COVID-19 en entidades federativas para compensar el impacto que los gastos por Covid-19 tuvieron en las finanzas estatales en 2020 y que la Pandemia seguirá teniendo en 2021. El 2021 será un año extremadamente complicado para las finanzas estatales y municipales.
LA POSTURA FEDERAL
Aun cuando no existe una respuesta hasta el momento por parte de la federación –o al menos pública-, en reiteradas ocasiones el presidente Andrés Manuel López Obrador ha pedido a los gobiernos estatales ajustar sus gastos e implementar auténticas políticas de austeridad, para así mitigar las problemáticas económicas que se desprendieron del COVID-19.
Incluso, hace apenas tres días, el pasado 30 de octubre, el titular del Ejecutivo federal descartó la posibilidad de realizar modificaciones a las proyecciones presupuestales que su gobierno diseñó para 2021, tras señalar que éstas no estuvieron sujetas a “caprichos”, sino a una fórmula que partió del nivel de recaudación actual del país.
“Aunque protesten y nos cuestionen, como decía el finado Héctor Suárez: ‘no hay, no hay’. Estaban acostumbrados a que presionaban para tener trato especial, había partidas de moches, quedaron muy mal acostumbrados algunos”, contestó el presidente en la ocasión antes referida y, por supuesto, previo a la emisión de la carta de la Alianza Federalista.
De este modo, en plena pandemia y de cara a la consumación del presente proceso electoral, las diferencias entre los gobernadores partícipes en la Alianza Federalista y el presidente de México continúan e inclusive crecen, cual si fueran casos por contagios de COVID-19.