Por: Arnulfo López Soto
El 2020 fue un año peculiar – si es que ese adjetivo es suficiente para describirlo – para toda la humanidad. Vivimos una enfermedad infecciosa y mortífera causada por el coronavirus, a la cual ningún ESTADO estaba preparado para hacerle frente. Lejos del análisis que nos puede dejar la COVID-19 – que sin duda son muchísimos, y esperamos más adelante tener la oportunidad de hacerlo – hoy el mundo, después de casi 2,1 millones de muertos en todo el mundo, tiene una esperanza: LA VACUNA.
Pero como lo señalé en el título de mi opinión, <hay cosas que la vacuna no puede curar>. Si bien es cierto, insisto, nadie estaba preparado para esta enfermedad, también es cierto que muchas de las malas decisiones, desde los gobiernos hasta la sociedad, empeoraron los efectos de la misma.
Infortunadamente, México hoy es el cuarto país con más muertes en el mundo, solo por abajo de Estados Unidos, Brasil e India, con un total de 152.016; una cifra que aparte de alertarnos y preocuparnos, nos debería de invitar al cuestionamiento del por qué ocupamos ese lugar y qué o quiénes son responsables de tener una cifra elevada de fallecidos.
Para empezar, a mi juicio, el gobierno no tomó las medidas necesarias que cualquier gobierno responsable hubiera tomado. Por citar, y no por comparar, el caso de Nueva Zelanda, que según datos hay solo 2.200 casos confirmados y solo 25 fallecimientos. Sí, leyó bien, SOLO 25 FALLECIMIENTOS. ¿Cómo han logrado tener estas cifras tan bajas, tanto en contagios como en muertes? Sencillo, el gobierno impuso un confinamiento totalmente estricto y obligatorio solo un par de meses después del inicio oficial de la pandemia.
¿México no lo pudo hacer? ¡Sí! Y esta es una de las principales cosas que la vacuna no puede ni podrá curar: la praxis gubernamental. Tanto al presidente de la Republica, como a los gobernadores de los estados, les tembló la mano para estipular un confinamiento obligatorio y estricto. Por poner sólo un caso, en Michoacán, después de casi un año de pandemia, 39,226 casos confirmados, 3,436 muertos, y una ocupación de casi el 100% de capacidad en los hospitales covid, apenas la semana pasada se hizo obligatorio el uso del cubrebocas. ¡INCREIBLE! Y así como lo anterior, muchas otras decisiones que se pudieron tomar en el país en general desde el inicio de la pandemia, pero que no fue así dando como resultado la cifra de muertos que ya compartí.
Por otro lado, y no menos alarmante, la otra situación que la vacuna no puede curar, es la falta de responsabilidad, acompañada de un alto nivel de ignorancia de parte de la sociedad. Pareciera que el #QUÉDATEENCASA solo se tomó como un spot publicitario más. Vimos a lo largo del año pasado, e inclusive lo que llevamos del actual, una sociedad inmune a las recomendaciones del mismo gobierno y de las autoridades sanitarias. Las redes sociales han sacado a flote bodas, reuniones sociales, fiestas patronales, eventos públicos, entre otros, lo cual nos da una muestra clara de la poca o nula cultura que como sociedad tenemos. Y sí, esto también es algo que la vacuna no podrá curar.
¿De quién ha sido la culpa de tantos muertos en México? Estoy convencido de que es una responsabilidad compartida. Sin importar tu afiliación política, tu religión, tu clase social, tu edad, tu género, o si te has contagiado o no, cada uno de nosotros lleva una parte de esa culpa.
Las cifras ahí están, ¿qué esperamos para hacer algo?
¡LA VACUNA SOLO CURARÁ LA ENFERMEDAD! ¿Y LO DEMÁS? ¡Eso nos toca a nosotros!