Por Héctor Tapia
Mucho se ha hablado de que esta elección particularmente será definida por estructuras, que es una lucha de ellas, y poco hemos atendido sobre los perfiles.
En esto es complejo desligar lo primero, porque es sobre quienes se fincan de pronto más expectativas, y es a quienes de pronto se les ve más posibilidades respecto a otros, que sin la capacidad económica o sin las “grandes estructuras”, intentan colarse en las posiciones desde donde pretende impulsar agendas que, de acuerdo a sus causas, son también relevantes.
Frente a esto, en lo que respecta a las Diputaciones Federales, particularmente para los dos distritos que corresponden a Morelia (el 10 y el 8), es interesante hacer un análisis y comenzar diciendo algo tajante: Movimiento Ciudadano es el que trae a los mejores perfiles. Son dos actores que sin ser políticos, cuentan con amplia preparación y experiencia en sus respectivos ramos. Ya explico por qué.
Sin profundizar sobre los demás candidatos, de los otros partidos, sólo podría apuntar que lo que les hace o haría fuertes son el respaldo de las estructuras de los partidos que los abanderan. Algunos buscan de nuevo tener participación en la vida política desde una posición en la Cámara federal, aunque donde estuvieron con anticipación dejaron mucho qué desear.
Pero me enfocaré en estos dos perfiles que llaman la atención por encima de los demás. Se trata de Circe López Riofrío, quien es candidata por el Distrito 8, y Bernardo de León Olea, quien es candidato por el Distrito 10.
Para el caso particular de Circe López, ella es activista feminista desde hace más de 20 años, además se ha caracterizado por la defensa de los derechos humanos de las mujeres. Cobró mayor protagonismo a partir de que fue, con la organización Humanas Sin Violencia que fundó y dirige, la que promovió que en Michoacán se declarara la Alerta de Violencia de Género, para visibilizar la delicada situación que vienen enfrentando las mujeres en el estado.
Su trabajo le llevó a tener el reconocimiento de la Presea Eréndira, en 2017, además de que fue recipendiaria de la medalla Omecíhuatl por su trabajo en atención a la violencia de género.
También es activista y defensora por los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, y es especialista en economía feminista y acompañante de los procesos jurídicos de víctimas secundarias de feminicidio.
Por varios años se consolidó como un referente permanente para exponer los problemas de violencia que enfrentan las mujeres en el estado.
Ahora vamos con Bernardo María León Olea, quien es licenciado en Ciencias Políticas y Administracion Pública, licenciado en Derecho, y tiene un diplomado en Derecho Penal y Procesal Penal. Su desarrollo profesional le ha llevado principalmente a estar en cargos relacionados con temas de seguridad, y ha asesorado y acompañado incluso al actual gobierno federal para implementar modelos de seguridad que aplican en todo el país.
Los modelos de seguridad ciudadana que ha diseñado, o ayudado a construir, lo han llevado a ser asesor en la materia no sólo en el país, sino también a otras naciones, compartiendo su experiencia.
Desde hace varios años tiene una serie de iniciativas de reformas que cambiarían el modelo de seguridad, buscando a través de las distintas adecuaciones que haya una despresurización en la carga de trabajo de los ministerios públicos, la profesionalización de los distintos actores ligados a la procuración de justicia, de tal forma que esto impacte a su vez en que haya una considerable disminución en el nilvel de impunidad existente actualmente, no sólo en el estado, sino en el país, que oscila aproximadamente en un 90%.
¿Por qué enumero todo esto sobre estos dos perfiles? Porque en fechas recientes he escuchado y leído lamentos de militantes y no militantes de partidos políticos, donde se han planteado sobre si se tiene o no los mejores perfiles como candidatos.
Un proceso electoral como este pone a prueba muchos aspectos y uno de ellos es la voluntad del electorado por decidir entre los perfiles que tiene en la oferta planteada a través de los partidos, dado que la vía independiente ha resultado cada vez más compleja por los candados que estas figuras tienen.
Perfiles como los de Circe López y Bernardo León, que no son militantes de Movimiento Ciudadano, que están preparados en sus áreas y han sido reconocidos por la sociedad misma por ello, tienen que enfrentar la dura realidad de los procesos político electorales; se enfrentan a grandes maquinarias donde la experiencia profesional no siempre es la que gana, sino las capacidades de “mover estructuras”.
Por otro lado, también he escuchado cuestionamientos hacia ellos que van desde señalar el porqué decidieron participar ahora electoralmente si venían defendiendo causas desde la parte “ciudadana”, y aunque sólo ellos saben a cabalidad sus razones, lo cierto es que les ha tocado enfrentar las deficiencias institucionales y legales cada vez que salen a realizar señalamientos o denuncias, y plantear propuestas que no les toman en cuenta por no ser parte de los partidos ni estar en las posiciones “de poder” que les permitan contribuir con mayor efectividad a las soluciones que demanda el país y el estado.
Mientras el resto de candidatos a diputados federales que he observado están enfocados en ofrecer mejoras para sus distritos y municipios, estos dos perfiles, tanto Circe López como Bernardo León, traen agendas propias de reformas que urgen al Estado mexicano.
Frente a este próximo 6 de junio, que es cuando se definirá todo, habrá que ver cómo se comporta el electorado ante la gran decisión que tendrá en sus manos para la renovación de la próxima legislatura de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. Habrá que ver también si ante el incremento constante del desencanto, salen siquiera a votar. Veremos a su vez la ruta que tomarán los “indecisos”. En tanto, lo que se tiene que impulsar y reconocer que es necesaria y urgente la participación de todos aquellos que son expertos en sus temas, para que no lleguen a los espacios de decisión aquellos a quienes “se les ha dado como un premio” a la lealtad o a las presiones ejercidas.