Por Metapolítica
Uno de cada 200 hombres vivos en la Tierra es descendiente del conquistador mongol Gengis Khan, fundador –en el siglo XIII– del mayor imperio de la Historia y también por sus ímpetus sexuales, según un estudio genético. El estudio sugiere que más de 16 millones de hombres en el mundo serían descendientes genéticos de él.
El Gran Khan, el mayor héroe y símbolo de Mongolia y es venerado en ese país como el padre de la patria, pero por su grandioso apetito sexual, podría ser el padre de una gran parte de la población de Asia central. El estudio concluye que Gengis dejó una descendencia que se extiende hasta la actualidad por lo que más de 16 millones en esa región del mundo (el 8% de la población masculina) tienen el mismo cromosoma Y que el líder mongol.
En el área del antiguo Imperio mongol, que cubre una vasta área de China e Irán, además de partes de Rusia y Europa, más del 8% de los hombres pueden descender del líder. Sólo hombres entraron en el estudio debido a la dependencia del cromosoma, que sólo existe en ellos, para realizar el análisis de linaje.
Genghis Khan vivió entre los años 1162 y 1227. Su primer matrimonio fue a los 16 años, pero tuvo muchas otras esposas y amantes durante su vida. Sus conquistas eran brutales y, en cada territorio que invadía, escogía muchas mujeres para su harén. Algunos estudios sugieren que ha embarazado a más de mil mujeres, pero el número de hijos que ha tenido es desconocido.
Los autores del estudio creen que esta peculiaridad de ADN encontrada en hombres de la actualidad puede ser trazada hasta Genghis Khan por dos motivos. En primer lugar, descubrieron que estos rasgos vinieron de un ancestro en común que vivió durante el imperio de Khan, y que se extendía desde China hasta Oriente Medio, abarcando partes de Europa. Además, ellos creen que sólo alguien muy poderoso que vivió en aquella época, y de modo local, podría propagar esa carga genética de forma tan abrumadora. Khan encaja perfectamente como el principal sospechoso de la hazaña.
Los herederos de Genghis Khan también eran extremadamente promiscuos y fértiles. Uno de sus hijos tuvo 40 hijos con esposas y concubinas, además de haber embarazado a muchas otras mujeres. Esto contribuyó a expandir su genética por el continente, y más allá. El éxito reproductivo del linaje se atribuye al alto estatus social, a un gran número de esposas y a la baja mortalidad de los descendientes. El aumento del uso de caballos como medio de transporte también ayudó a transmitir los genes a lugares más lejanos.
El británico Chris Tyler-Smith, que presidió el estudio, dijo al semanario The Observer que “un historiador persa del siglo XIII afirmaba, un siglo después del nacimiento de Khan, que sus entusiastas hábitos de apareamiento habían creado un linaje de más de 20 mil individuos”.
Al estudiar los cromosomas Y masculino (que pasa de padres a hijos) de los 2 mil hombres analizados, los investigadores se quedaron “totalmente asombrados” al darse cuenta de que un enorme grupo no mostraba ninguna diferencia.
“Entonces empezamos a analizar los resultados más de cerca y nos dimos cuenta de que era la única explicación posible de lo que habíamos descubierto”, apuntó el experto. Los hombres que compartían ese mismo cromosoma Y procedían de lugares situados entre China y Oriente Medio, donde estableció su imperio durante 25 años el conquistador mongol.
Tyler-Smith señaló que la probable explicación de ese hecho es que “el poseedor original tenía una gran ventaja social sobre los otros poseedores del cromosoma Y, lo que facilitaba que pasara una y otra vez”.
Otro estudio ha demostrado que millones de hombres modernos descienden de 11 líderes de dinastías asiáticas. Genetistas, de la Universidad de Leicester, en el Reino Unido, han descubierto que millones de hombres asiáticos modernos descienden de únicamente 11 poderosos líderes dinásticos que vivieron hace 4 mil años, incluyendo al guerrero y conquistador.
El estudio, que fue publicado en la revista European Journal of Human Genetics, examinó al cromosoma Y (sólo presente en hombres), el cual es heredado de padres a hijos, en más de 5 mil hombres asiáticos pertenecientes a 127 poblaciones distintas.
La mayoría de los tipos de cromosoma Y son bastante raros, pero el equipo descubrió 11 tipos que resultaron ser bastante comunes a lo largo de la muestra y estudiaron sus distribuciones e historias.
Dos linajes masculinos habían sido descubiertos con anterioridad, y habían sido adjudicados a la conocida figura histórica de Genghis Khan, y a otra menos conocida, Giocangga. El equipo de Leicester descubrió vínculos genéticos a través de una cadena de antepasados masculinos tanto a Genghis Khan como a Giocangga, además de otros nueve líderes dinásticos que tuvieron su origen a lo largo de Asia entre el 21 000 a. C. y 700 d. C.
Los investigadores afirman que los linajes más jóvenes se originaron en los últimos mil 700 años, y se encuentran en las poblaciones nómadas pastorales, quienes podrían haber esparcido sus cromosomas Y a través de un amplio territorio. Para que estos linajes sean tan comunes, sus poderosos fundadores debieron de haber tenido muchos hijos varones de muchas mujeres, y transmitir su condición, así como su cromosoma Y, a ellos. Los sucesores, probablemente también tuvieron muchos hijos. Amplificando el efecto a través de varias generaciones.
Sin embargo, los autores afirman que identificar a los ancestros responsables de estos linajes sería casi imposible, ya que deberían de extraer sus restos y analizar su antiguo ADN. Esto aún no ha sido realizado, por lo que la evidencia, aunque convincente, permanece circunstancial.
Además de a Genghis Khan y sus descendientes varones, los investigadores han identificado a los fundadores de otros dos linajes de cromosoma Y de gran éxito: uno que comenzó en China con Giocangga, un gobernante de la dinastía QinQ que murió en 1582, y otro que pertenece a la dinastía medieval Uí Néill, de Irlanda.
El equipo de Jobling hizo una búsqueda sistemática de los fundadores genéticos mediante el análisis de los cromosomas Y de más de 5 mil hombres de 127 poblaciones en Asia; se centraron en esa región debido a que una gran cantidad de datos estaban disponibles y ya había evidencias de estos linajes. El equipo identificó once secuencias del cromosoma Y que fueron compartidos por más de 20 de los 5 mil 321 genomas.
Los investigadores utilizaron las diferencias de ADN en las secuencias compartidas, que se acumulan con el tiempo a partir de mutaciones al azar, para determinar aproximadamente cuándo vivió el fundador del linaje. Siguieron volviendo a los orígenes geográficos de los linajes suponiendo que los hombres fundadores habían vivido en las regiones donde sus genotipos fueron más frecuentes y diversos.