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#OPINIÓN // Democracia en 2022

Oscar Cabajal

No es un secreto para nadie que la tensión entre la sociedad que integra la “4T” y el Instituto Nacional Electoral, va subiendo de nivel conforme pasan los días, al grado de llegar ya, a las denuncias penales en contra de las consejerías que integran al Consejo General. Hecho que se derivó de la llamada “pausa a la revocación de mandato”, el acto de participación ciudadana más grande que pueda darse en la historia de México.

Para ello, debemos tener muy presente que el 2022 para la democracia será un antes y después desde la óptica de dos cuestiones, México y el resto de América Latina. Fuera del territorio nacional también existen actos que democráticamente ponen a todos en estado de atención; el estar frente a un panorama en el que todo es cargado a un lado ideológico, es decir, los de izquierda y derecha están más alejados del centro que nunca, es una de las cuestiones que se notan en cada acción de gobierno que se realiza y difunde.

Las elecciones presidenciales de Costa Rica, Brasil, y Colombia, se suman a las renovaciones presidenciales que desde 2018, en 13 celebradas, 12 han decidido cambiar de partido en turno; esto también contiene el ingrediente de pandemia, como también, puede ser la manera en que viejos conocidos como Lula Da Silva de Brasil y la victoria por primera vez de la izquierda en Colombia, marquen el complemento de la “Marea Rosa Latinoamérica”.

En México, además de la tensión existente por la revocación de mandato, se debe tener en cuenta un aspecto más, la constante amenaza por la construcción de una nueva reforma electoral y el menos precio que se realiza a las acciones que realizan los órganos electorales. En días pasados, López Obrador mencionaba que se podían contratar a encuestadoras y realizar el trabajo necesario para la revocación de mandato. Lo cierto es que en México estamos en pañales dentro de la materia de participación ciudadana, no es frecuente que se estén realizando actos que nos llamen a ejercer un voto más allá de renovar cargos de elección.

Sin duda, los órganos autónomos electorales son un pilar dentro de la democracia. Generan certeza, neutralidad y equidad, esto, tomando en cuenta que se encuentra de manera aislada de los órganos de gobierno, lo que nos permite, considerar que no están a disposición de un mandatario o grupo que genere distracciones y atente contra la democracia. En ese mismo sentido, no se ha terminado de entender que la revocación de mandato es un ejercicio popular ciudadano, que no debe ser politizado ni promovido por otro ente que no sean los aprobados por la ley, es decir, el Instituto Nacional Electoral.

Pero ¿el 2022 tiene un latente movimiento democrático polarizado? Se podría decir que sí, originado desde las posiciones gubernamentales. Debemos recordar que en 2021 las elecciones llevadas a cabo en Nicaragua no han sido aprobadas por los organismos electorales internacionales, al igual que las llevadas a cabo en Venezuela y que, para rematar, la democracia en Estados Unidos va en decrecimiento.

En México, la guerra desatada contra los organismos electorales han generado que los niveles de desconfianza hacia ellos disminuyan, lo cual, en un país que sostiene un modelo electoral confiable en muchos aspectos, impacta de cara a la ejecución de un mecanismo de participación ciudadana, que como nunca, se ha previsto.

La polarización de las ideologías frente a la manera en que se ejecuta la democracia en los diferentes lugares de América, puede ser una bomba de tiempo que nos demuestre una vez más lo mucho que significa no ser radical o extremista, por más que seas de izquierda o derecha.

Oscar Fernando Carbajal Pérez es licenciado en Derecho por la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UMSNH y Maestrante en Derecho Electoral por el Posgrado de la misma facultad.

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