Por Héctor Tapia
Cierto. Fue este domingo cuando “asomó” formalmente la cabeza el exmandatario michoacano, Silvano Aureoles Conejo. Sin embargo, él tiene semanas “dejándose ver” en la vida pública y política del estado, influyendo, operando, y sin aparecer en ese entonces, poniendo en serias complicaciones a los operadores de la llamada cuarta transformación. A algunos los ha puesto de cabeza.
Silvano Aureoles ha estado en el centro de las críticas a partir de presuntos desfalcos, presuntos desvíos, donde están inmiscuidos no sólo él, sino también quienes fueron sus allegados, y que han venido señalándose ya de manera formal, incluso con algunas denuncias de carácter penal que ha interpuesto la actual administración estatal.
Desde las sombras y el silencio, el exgobernador no ha dejado de operar, cual animal político, para proteger su espalda, su administración, y ha vuelto a cuadrar hacia su favor a propios correligionarios, pero también a actores de otras fuerzas políticas que también se han alineado.
Cuando menos, por ahora se ve con mucha claridad que en el PRD, incluso a nivel nacional, Aureoles Conejo tiene un control casi absoluto del partido; aspecto que lo granjeó, a mi perspectiva, a partir de que fue por años el último gobierno estatal que sostuvo el partido, hasta su conclusión y relevo el 1 de octubre pasado.
Estos dos últimos partidos se aliaron al PRD fundamentalmente por la operación política de Aureoles Conejo. En esta ruta, producto de esa alianza, las lealtades generadas hacia Aureoles Conejo llevaron o han llevado a dichas fuerzas políticas a respaldarle en fechas recientes, en espacios como el mismo Congreso del Estado. Como es el caso de la discusión de la Cuenta Pública 2020, donde tanto el PAN y PRI pareciera recibieron la línea desde sus respectivas dirigencias nacionales, enviando el mensaje de que ya son un bloque con claras intenciones de fortalecerse y no dejar avanzar a Morena y sus aliados, de hacerlos quedar en el ridículo político exhibiendo –quizá– su falta de oficio para sacar adelante diversos temas que pasan por el legislativo.
Aunado a esto, está la coyuntura electoral que se construye desde ya; lo que perfila la paulatina consolidación de un bloque ya cantado entre estos tres partidos frente al proceso electoral 2024, donde no sólo está en juego la sucesión presidencial, sino también la renovación del Senado de la República, y la Cámara de Diputados, y en el caso local ayuntamientos y Congreso local.
Con todo esto, con esta sentencia de reaparecer y regresar a la vida pública que hizo el exgobernador michoacano, seguramente varios del ahora oficialismo se pondrán nerviosos, aun con todas las acusaciones que pesan sobre el ex mandatario.
Lo cierto es que los procesos de investigación en contra de Aureoles Conejo que tienen mayor solidez, aparentemente, son las que tiene en sus manos la federación, y hasta el momento han quedado sólo en información que ha sido exhibida en medios, y por el momento no se sabe si habrán de tomar acción en contra del exgobernador michoacano.
Todo esto por un lado, pero, por otro, su anuncio de regresar a la escena pública, viene a entenderse como una actitud retadora hacia el gobierno federal y el gobierno del estado, por lo que se advierte podría venir una guerra política que irá perfilando los proyectos en disputa.