Por Héctor Tapia
Quienes se ostentan como nueva dirigencia en Morena se equivocan. El Instituto Electoral de Michoacán (IEM) no es el que tiene que reconocer en primer momento su nombramiento, el cual hicieron un grupo de consejeros.
El primer escalón para dicho reconocimiento es su propio partido, la dirigencia nacional, que tendrá que notificar a los organismos electorales sobre los cambios, ajustes, que avale.
Si quienes hicieron la elección no están conformes con la postura que ha asumido su partido, entonces la siguiente fase es que tendrán que recurrir a los organismos jurisdiccionales para que sea este el que se pronuncie, y en función de esto, que ordene a la dirigencia nacional que reconozca el derecho que dicen tener quienes fueron designados, y dicen les asiste la razón.
Será hasta que una determinación jurisdiccional, es decir, del Tribunal Electoral, defina al respecto y ordene al partido reconozca los ajustes demandados en que dichos cambios tendrán efecto, y en consecuencia serán reconocidos por los organismos electorales.
En tanto no haya ese reconocimiento oficial de su propio partido, entonces los organismos electorales no están obligados a reconocer los ajustes.
Tan simple como eso, y es sentido legal básico.
Los reclamos de la expresión que exige se reconozca la renovación que impulsaron desde los primeros días de abril pasado no deberían estar enfocados al IEM, sino a su partido, a su dirigencia.
El IEM no es responsable de las omisiones, de los aplazamientos, de los procesos internos en Morena, y tampoco tiene por qué responder a presiones derivadas de conflictos internos de un partido político.
La obligación del IEM es reconocer lo que oficialmente reconocen las instancias partidarias y jurisdiccionales.
Los pataleos de este inicio de semana, de esta expresión que busca ser reconocida oficialmente, y que anunció con “demandar” al organismo electoral, está fuera de toda proporción. Si es tanta la razón que dicen tener, deben proceder ante los organismos jurisdiccionales y esperar sus resultados y resolutivos.
Insisto, el IEM no es el responsable de las omisiones y negligencias de Morena. Pero los integrantes de Morena, en el estado como a nivel nacional, sí son los responsables por encausar al partido, a través de los procedimientos jurídicos necesarios, a la ruta institucional que requiere.