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#ENTRELÍNEAS // La moratoria constitucional, la desesperación aliancista y la descomposición de “Alito”…

Por Héctor Tapia

Los efectos por los resultados electorales de hace más de una semana en seis entidades federativas y la prisa con que se viene acercando los procesos electorales del 2023 y del 2024, han también acelerado el proceso de descomposición de la alianza opositora, pero particularmente del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

De las seis gubernaturas, Morena y sus aliados ganaron cuatro de ellas, o la oposición perdió cuatro, según como se vea o lo quieran ver, dependiendo de lo que se pretenda acentuar.

Estos resultados han reflejado que la alianza opositora no ha sido tan benéfica en resultados electorales y tampoco, por otro lado, ha dado muestras de que pueda realmente conseguir el fin de frenar a Morena en las siguientes elecciones locales del 2023, y tampoco para el 2024.

Por si fuera poco, ya se gestan fuertes batallas en uno de los principales partidos de esta alianza, que es el PRI, donde Alejandro Moreno Cárdenas, dirigente nacional, está en la cuerda floja producto de los pésimos resultados electorales y la precipitada caída que ha tenido el partido a nivel nacional y que no se ve en qué momento pueda detenerse.

Si bien no pueden remover a Cárdenas Moreno de la dirigencia nacional, este, a partir de las presiones de distintos grupos, como se está gestando, podría renunciar y separarse de la dirigencia para privilegiar la estabilidad interna; sin embargo, algunos consideran que se sostendría en su ruta de dirigir el partido en una suerte más de capricho.

En este contexto, lo que están leyendo los integrantes de la alianza opositora es que los números tal cual, en este momento, no les dan para ser competitivos, y por el contrario apuntaría a profundizar la crisis en la oposición, y en sus integrantes.

Producto de esta desesperación, y más en forma de capricho o un grito desesperado, han lanzado públicamente una moratoria constitucional, con la que han declarado tajantemente que no aprobarán reforma constitucional alguna propuesta por el presidente, negándose con esto a su papel de parlamentarios por el cual fueron electos y contratados.

A su vez, esto refleja que ya no se tiene la confianza que decían tener en que por la cantidad de legisladores de estos tres partidos podrían numéricamente frenar cualquier reforma de este tipo planteada por Andrés Manuel López Obrador.

Al negarse a discutir y legislar hay una afirmación implícita de que están derrotados, por anticipado, ante cualquier discusión parlamentaria, y que las cosas ya no les están cuadrando al interior de sus respectivas fracciones parlamentarias; es decir, reflejan no estar tan sólidos como dicen estar.

Esta llamada moratoria constitucional ha generado ya diferencias, particularmente en el PRI, donde algunos han renegado de este acuerdo sostenido por las cúpulas partidistas de la cual todavía forma parte Alejandro Moreno Cárdenas.

Este martes Moreno Cárdenas se sienta en el banquillo de los acusados, por decirlo de alguna forma, frente a los exdirigentes nacionales del PRI. Esto, por supuesto, ha generado expectativa.

Lo real, en contraparte, es que los tiempos se han acelerado. Con el acto de envalentonado y de desafío de Morena de este domingo pasado desde Toluca, ya declaró la guerra electoral a la alianza opositora. En el corazón del priismo nacional, se ha declarado abierta la pugna por la sucesión presidencial, y la alianza opositora todavía no sabe qué hacer.

Héctor Tapia. Director General de Metapolítica.mx, reportero en Medios Radiofónicos de Michoacán y analista político en Canal 6 Media Group.




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