Por Rosmi Bonilla
“Obedézcase, pero no se cumpla”.
—Frase aplicada para la administración de las Indias Españolas
La idea de este Espejo Roto surgió al leer el Informe País sobre el Combate a la Corrupción en 2020 que realizó el Instituto de Investigación en Rendición de Cuentas y Combate a la Corrupción y que difundió hace algunas semanas.
En dicho informe se concluye que, aunque hay leyes e instituciones suficientes, le damos muchas vueltas al combate a la corrupción y que, incluso, nos enfrascamos más en el cómo investigar que en sancionar (procastinación, simulación y burocratización, dice el Informe).
Y lo comparto. La estructura misma del Sistema Anticorrupción desgasta a cualquiera que intente dar pasos avante (créame, lo sé por experiencia). Sin embargo, a la hora de enfrentar la hoja en blanco y luego de conocer la Agenda Pública nacional y estatal caigo en cuenta, estimado lector, que la procrastinación, la simulación y la burocratización no son exclusivas del combate a la corrupción.
¿Qué tema le gusta? ¿La seguridad? ¿La educación? ¿La salud? ¿El medioambiente? ¿En cuál no hay leyes e instituciones suficientes en número para garantizar los derechos fundamentales de los mexicanos pero que no cumplen con el objetivo para el que fueron creadas? ¿En qué rubro le parece que no hay simulación en el cumplimiento de los objetivos o burocratización (estructuras obesas) para INTENTAR conseguir esos objetivos?
Le invito a que lea nuevamente el epígrafe de esta opinión: “Obedézcase, pero no se cumpla”. Se trata de una frase acuñada en las Cortes de Burgos y Briviesca en el siglo XIV para las Indias Españolas con el único fin de evitar comprometer las leyes, decretos y la palabra del Rey cuando se contraponía a otras disposiciones o, peor aún, a los intereses de los virreyes y ejemplifica muy bien esa procrastinación y simulación de la que hace referencia el Informe País que usted puede consultar en: https://combatealacorrupcion.mx/wp-content/uploads/Sobre-el-combate-a-la-corrupcion-en-Mexico-2020_Reporte-completo-1.pdf
Esa frase, como maldición gitana, parece que fue el principio creador de la mayoría de las instituciones y las ha acompañado a lo largo de la historia. Ejemplos abundan: desde “políticas públicas” hechas en las rodillas, pasando por legislaciones que hacen todo menos legislar y terminando en Poderes Judiciales que no satisfacen la necesidad de justicia; los mexicanos seguimos esperando que nuestros derechos fundamentales se respeten y se cumplan.
Por ejemplo, en Michoacán no sabemos cuántos maestros están contratados por la Secretaría de Educación. De esos, no sabemos cuántos están frente a grupo y no en “comisiones sindicales” y, por tanto, no hay manera de saber si necesitamos más maestros, de qué materia y para cuáles regiones del estado. Pero sí hubo plazas automáticas para los normalistas: burocratización y simulación.
Así, podemos analizar la gran mayoría de las decisiones que se han tomado en cualquier momento histórico y se siguen tomando desde el gobierno.
Combate a la corrupción: obedézcase, pero no se cumpla.
Combate a la pobreza: obedézcase, pero no se cumpla.
Mejora educativa: obedézcase, pero no se cumpla.
Derecho universal a la salud: obedézcase, pero no se cumpla…