#TAN CERCA, TAN LEJOS // La nueva realidad, la inconsciencia humana y la política inmediata

Presidente Fundación de Estudios Políticos Económicos y Sociales Progresista. iran_moreno@fepesp.org

Por José Irán Moreno Santos

Estamos a 2 años y 5 meses que nuestro entorno familiar, laboral, social, económico e internacional cambió. La pandemia del Covid 19 trajo consigo confinamiento, medidas sanitarias olvidadas, escasez de insumos médicos básicos y sofisticados (respiradores), escasez de médicos por habitante, hospitales por ciudad y millones de muertes de personas en todo el mundo.


A lo anterior, hay que agregar la paralización de las diversas cadenas productivas, desde las básicas como es la pesca, el cultivo de alimentos, la crianza de animales comestibles como el pollo, la res y el puerco y la extracción de combustibles tanto líquidos como gaseoso, todo ello para consumo humano. La pandemia del Covid 19 nos paralizó económicamente hablando.

Desde el punto de vista social, esta crisis nos paralizó cultural, académica y emocionalmente ya que nuestro entorno se redujo a la familia y al hogar, no había interacción de ningún tipo con el mundo exterior. La sociedad, desde la familia hasta la mundial, logró tener conciencia del cambio de hábitos de higiene, de la importancia de la ciencia en el desarrollo de vacunas, de un sistema de salud robusto y universal, del cuidado entre ciudadanos y de la importancia del personal médico que enfrentaba esta situación y finalmente -aunque por ello casi no importante- en sus patrones de consumo.

A 2 años y 5 meses de la pandemia apenas estamos recuperando nuestras vidas sociales, laborales, académicas, culturales y políticas. Del mismo modo apenas estamos recuperando nuestras cadenas de producción para consumo humano, en lo que alimentos se refiere y en materia energética de igual forma; sin embargo, como especie estamos actuando irresponsablemente.

Tenemos la inconsciencia plena de que todo es como antes de la pandemia y estamos devorando irresponsablemente todo lo que tenemos al paso y se está escaseando.

Regresamos a las calles, al trabajo, a la escuela, a los centros de convivencia, a los viajes y actuamos olvidando todo lo que aprendimos a fuerza en la pandemia. Ya marcamos nuestra distancia, no cargamos el gel antibacterial y el desinfectante; en los comercios y en los centros de convivencia ya desaparecieron los tapetes desinfectantes, los termómetros, el gel y la mascarilla se usa de manera incorrecta.

Se ha olvidado moderar el consumo de alimentos, combustibles y la solidaridad con vecinos y médicos.

Los gobiernos relajaron todas las medidas sanitarias en aras de la economía y hoy también ellos están pagando el costo político de sus erróneas decisiones, ya que no tuvieron la capacidad de visualizar la escasez que se avecinaba y soltaron a los ciudadanos a devorar lo poco que se tenía en existencia. Sin advertir o hacer los llamados correspondientes a la moderación o al consumo responsable.

Tenemos en esta nueva realidad, falta de alimentos y combustibles y su demanda encarece su oferta, lo que genera crisis, pobreza y desigualdad. Para enfrentar esta nueva realidad se requiere responsabilidad social y política; planes y programas para incentivar y ampliar cultivos, regresando gente al campo para hacerlo productivo, de igual manera al mar; hacer un llamado a la moderación en el consumo de alimentos, mientras se generan los alimentos necesarios. Estos programas deben llegar a los avicultores, porcícolas y ganaderos para multiplicar las cabezas de estos animales y cubrir la demanda con oferta baja, lo mismo en el uso de los combustibles, más allá del conflicto bélico en la Europa del Este.

Un estado social y democrático podría darle salidas a esta situación que padece el mundo. Sin embargo, al parecer, todos caímos -sociedad y gobierno de todos los signos ideológicos- a los viejos patrones de consumo que nos está arrastrando a una crisis económica similar a la vivida en 1929 con la gran depresión. La nueva realidad era un momento extraordinario para reorganizarnos, pero ya lo perdimos y ahora a pagar las consecuencias.

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Presidente Fundación de Estudios Políticos Económicos y Sociales Progresista. iran_moreno@fepesp.org