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#OPINIÓN // Entre la derecha y la izquierda, ¿quién es quién en lucha callejera?

Por Mario Ensástiga Santiago

Los tiempos políticos que nos ha tocado vivir son verdaderamente extraordinarios y difíciles de interpretar al instante con objetividad del caso, días desde aquel memorable 6 de julio de 1988 con el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano a la cabeza y ahora a partir del 2018 con Andrés Manuel López Obrador; los escenarios igualmente de dura disputa permanente por el nuevo proyecto de nación.

Con las salvedades y particularidades de cada momento histórico de nuestro proceso de construcción de Estado-nación, en la actualidad estamos inmersos y sigue la lucha entre los que tienen los grandes dineros y los que carecen de lo elemental, ni más ni menos que al igual que en la Independencia, Reforma y Revolución campesina de principios del siglo XX; sí, como quiera decirse y los asegunes que gusten y manden, no es otra cuestión que la lucha histórica y permanente entre la derecha y la izquierda.

Asistimos a tiempos que, pese a todo, son de grandes y pequeñas transformaciones de nuestra sociedad, gobierno, país y nación, cuestiones que de algún modo posibilitan dejar atrás en definitiva, las negras historias de derrotas, represiones, muertes, impotencias y frustraciones de las fuerzas democráticas, de izquierda, socialistas, comunistas y progresistas de México; principalmente las décadas de los años 60 y 70, que los que critican ferozmente a la 4T y en particular a AMLO, soslayan y desmemoriadamente marchan jubilosamente al lado de los culpables de esas páginas negras y ominosas de la lucha por la democracia en México.

Más aún, se olvida que a partir de 1988 por el fraude electoral que llevó a la Presidencia de la República a Carlos Salinas de Gortari, cientos y miles organizados en el Frente Democrático Nacional (FDN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) luchamos por el respeto al voto, lucha verdaderamente histórica que abrió paso al IFE y ahora al INE, años en los que muchas veces, pero en verdad muchas veces, salimos a las calles, marchamos, hicimos tomas de edificios y carreteras y muchas otras acciones más, lucha que costó la muerte de más de 500 mexicanos y mexicanas que creyeron en el cambio democrático der México, mientras varios de los personajes sobradamente conocidos del PRI y el PAN que se manifestaron el pasado domingo 13 de noviembre, estuvieron totalmente en contra de ese justo anhelo y cambio democrático del pueblo de México. 

La gran movilización del pasado domingo en varias ciudades del país y principalmente en la CDMX, de personas de partidos políticos, organizaciones empresariales, académicas, educativas, religiosas y ciudadanos en lo individual, que a decir del periódico La Jornada, aseguro que hubo marchas en 45 ciudades de 20 entidades federativas del país, para manifestar su rechazo a la reforma electoral propuesta por el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, y de la supuesta desaparición del INE, mucha gentes en las calles que no podemos ignorar y minimizar irresponsablemente.

Más allá de la batalla de las cifras de asistencia a las diferentes marchas, lo cierto es que no deja de ser un evento político nacional e inédito, más que por el número de personas movilizadas, por los objetivos políticos y la desmemoria histórica, evento nacional que tendrá seguramente importantes repercusiones en los próximos días, meses y años de cara al 2024; la pregunta es: ¿Cuáles serán las decisiones y acciones de las principales fuerzas políticas y económicas del país?, que seguramente agudizarán y polarizan la lucha política del país, ojalá y no sea de una confrontación palaciega de graves consecuencias para la estabilidad, social, económica y política del país.

Está claro que el verdadero objetivo de fondo de las marchas de la derecha no es el tema del INE. Insisto: es la disputa del nuevo Proyecto de Nación de la necesaria Cuarta Transformación de la República. Las cosas así. No era de esperarse que una primera reacción de los seguidores de la 4T y de AMLO se platearan salir a las calles como el natural e histórico espacio de la lucha de clase en el mundo, ciertamente en esos territorios y asuntos de la lucha callejera las izquierdas tienen mucho más kilómetros recorridos que las derechas y mucho más que la derechas económicas y neoliberales, seguramente en los próximos meses y años se verá con claridad quién es quién en las calles.

Es muy claro que nuestra democracia es de las más caras del mundo. Según el portal de Político MX. La Política explicada, afirma que el voto en México cuesta 314.87 pesos mexicanos; de igual manera y comparativamente en pesos mexicanos: en Canadá cuesta 270.35; en EUA, 171.31; en España, 105.28; en Argentina, 76.97, y Alemania, 31.46.

Otra cuestión que para mí es importante señalar, es lo relativo al interés de la ultraderecha internacional por lo que acontece y pueda pasar en México de aquí al 2024, de ahí de la presencia meses atrás del líder del partido ultraderechista español Vox, Santiago Abascal, para reunirse con senadores del Partido Acción Nacional (PAN) e incluso con algunos dos políticos del Partido Revolucionario Institucional (PRI), en busca de adhesiones a la llamada Carta de Madrid, que es un manifiesto para la defensa de la libertad en la Iberoamérica en contra del fetiche derechista, en contra del comunismo. ¡Qué barabaridad!, ¿quién está planteando el socialismo o comunismo en nuestro país?

En esta lógica se explica la realización de este 18 y 19 de noviembre en la CDMX del evento de la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), el principal promotor es el actor y activista de ultraderecha Eduardo Verástegui, organización que existe desde 1974 y realiza diversas acciones, principalmente en los Estados Unidos, con financiamiento de la Unión Conservadora Estadunidense y más de cien organizaciones de derecha. A este foro acudirán personalidades de pensamiento conservador y de ultraderecha de Estados Unidos, América Latina, Europa y Asia.

Ha trascendido que a esta reunión asistirá Steve Bannon, que fue estratega del expresidente republicano de Estados Unidos, Donald Trump, y señalado de haber instigado el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021; igualmente el diputado brasileño Eduardo Bolsonaro, hijo de Jair Bolsonaro, quien anunció la ponencia “La influencia de Brasil en el continente”; también el expresidente de Polonia, Lech Walesa, reconocido por ganar el Premio Nobel de la Paz en 1983 y por su ferviente catolicismo.

Algunos temas que se abordarán en el cónclave son “Pensemos conservador”, “La lucha de la sociedad civil por los valores conservadores”, “Ser un gobierno conservador”, “¿Hay derecha en la política mexicana?” y “El futuro de la derecha en América”.

La ultraderecha internacional en nuestro país seguirá alimentando los fetiches que les impiden mirar una sociedad de futuro, más abierta, democrática, civilizada e incluyente, definitivamente al margen de las taras ideológicas, por ejemplo, contra la homosexualidad, los matrimonios igualitarios, el aborto, la igualdad sustantiva entre hombres y mujeres, y otras muchas cuestiones de los derechos humanos de última generación.

En fin, ya veremos en breve no sólo quién es quién en los parlamentos, sino también quién es quién en la lucha callejera.

Las opiniones emitidas por los colaboradores de Metapolítica son responsabilidad de quien las escribe y no representan una posición editorial de este medio.

Mario Ensástiga. Asesor del Gobierno de Morelia 2018-2021. Capacitador municipal y Facilitador de Cursos y Talleres del Programa de Formación Municipal del Instituto Nacional de Formación Política de Morena.




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