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#ES TIEMPO… // El INE y cierto arbitraje futbolero

Por Martín Equihua

Por ciertas acciones y omisiones, el Instituto Nacional Electoral (INE) ha merecido con creces, el saludo estruendoso que los estadios ofrecen a árbitros que, a pesar de los evidentes clavados a la manera de Robben, decretan que fue penal.

“¡Árbitro vendido!”, es lo menos que les grita el respetable, además de un concierto de silbidos alusivos a su progenitora. Cavani y Uruguay lo saben, pues lo han vivido con todo y VAR en su reciente eliminación mundialista, y lo sabe la parte de México que espera un organismo electoral neutral y no un apéndice de una parte del conflicto político, como lo hace su presidente Lorenzo Córdova y cofradía, ante la iniciativa de reforma electoral que se resolverá en los próximos días.

Y mientras que en el mundial de Catar tres mujeres arbitran por primera vez un encuentro mundialista, en México se amplía la baraja de aspirantes femeninas a la presidencia de la república, para el periodo 2024-2030.

Así lo han hecho saber en foros, pasarelas, declaraciones, reuniones, redes, giras, etc., Lily Téllez, Maru Campos, Beatriz Paredes, Margarita Zavala y las Claudias, Sheinbaum y Ruíz-Massieu. En tiempo de mujeres, debe dejarse fluir esta corriente histórica, y no ponerle más piedras de las que ya ha tenido por siglos. No corresponde al INE tomar partido, que para eso justamente están los partidos. Es como si el juez de negro quisiera cobrar el tiro a gol desde los once pasos.

Pero el árbitro electoral vendido, obsesionado y cobijado en hebras jurídicas interpretadas a modo, ahora fija la mirada y lanza el veneno de su parcialidad hacia la aspirante que encabeza todas las encuestas, porque ella pertenece al bloque opuesto a sus intereses. Ni un pío contra las otras respetables presidenciables, y no se diga contra los varones de todo signo.

El árbitro amañado impuso a Sheinbaum medidas cautelares para que se deslinde y pida a sus simpatizantes que frenen lo que por iniciativa propia y derecho universal les corresponde, al manifestarle apoyo a la también Jefa de Gobierno de la Ciudad de México. En septiembre, la misma queja no prosperó y ahora sólo se explica por la permanencia de Claudia al frente de las preferencias, con apenas distantes sombras tras de ella.

Fiel escudero de don Lorenzo, el consejero Fukuyama y su Comisión de Quejas del INE, consideró que hay una “estrategia de publicidad atípica… que denota identidad en su contenido… que busca posicionar la idea de continuidad”. Lo dicho: esta pareja arbitral, lo que no admite es que el proceso transformador en curso tenga continuidad. Prefieren la “reconciliación”, “el “país de leyes”, “la no centralización excesiva”, “la unidad nacional”  y hasta las tonterías de la Téllez, pero no la continuidad. Pero el público lo sabe y por eso la rechifla en el graderío.

Y tozuda como es, la mandataria capitalina publicó el deslinde y no tardó en revirarle a los jueces del INE: son sesgados, antidemocráticos, conservadores, parciales y autoritarios.

O sea que, como dicen que dijo Julio Cesar, al cruzar con sus legiones la irreversible línea del Rubicón, camino a tomar el poder en Roma después de sus hazañas en las Galias: “la suerte está echada”.

¡Vamos, Brasil!

Y a propósito de Roma, recordemos que Italia no calificó al Mundial de Futbol de Catar, y que otras grandes selecciones empiezan a marcharse a casa, o ya por incapaces de romper las redes o ya por la mala suerte de haberse encontrado en su camino a árbitros estilo INE, es decir, que no se limitan a pitar de forma neutral, sino que, alegando acciones fuera de tiempo, no les importa quedar fuera de lugar.

Pero bueno, el Mundial ha entrado a la fase en que –más allá de las manchas de su entorno– el juego de la pelota, el juego de estrategias y talentos, puede dar la satisfacción de ver a 22 pateadores disfrutando el balón por el balón mismo, trazando rutas que rayan en lo artístico, en triunfos y derrotas justificadas en la calidad deportiva y la belleza. Así se esperan, por lo pronto, los partidos de Inglaterra contra Francia y el de Argentina contra Holanda; mientras que Brasil, en unas horas, hará los honores a Corea del Sur.

El Mundial como un juego de identidades nacionales que, muchas veces, raya también en histeria e idolatría patriotera. Pero ahí está los himnos, cantados con indescriptible emoción, las gradas con enmascarados, chapulines colorados o penachos aztecas; como con brujos de Camerún y sus amuletos, o con la soberbia norteamericana en disfraces de su Libertad, la estatua regalada por Francia más de un siglo atrás. Un coctel de símbolos que representan el espíritu abigarrado del mundo, y que facilitan las emociones que se cruzan, el desánimo, la euforia y, al final, la incomprensión eterna, el nunca saber para qué es que se inventaron las victorias.

Pero la imaginación política no debe cesar, por lo que hace pensar en la oportunidad de reconocer que si hay capacidad de jugar en el mundo, debe haber lugar para afrontar tantos problemas que exigen también, un alto nivel de concertación y compromiso para asegurarle vida a las futuras generaciones. Es mejor el espíritu lúdico que el de la guerra o el pillaje, a pesar incluso de árbitros vendidos que quieren cabecear en el área chica al primer tiro de esquina que decretan.

(No, INE; así no. Deja que el balón ruede, que ya las jugadoras y jugadores están en la cancha).

P.D. Suelen decir que Ricardo Monreal es un político profesional y a él le gusta esa etiqueta que lo hace parecer inteligente, calculador, metódico, seguro, preciso, oportuno… Otros dicen que no es más que un frívolo oportunista. La verdad es que se le ve descanchado, llanero, marrullero… queriendo jugar con el reloj, a pesar de la goliza.

Las opiniones emitidas por los colaboradores de Metapolítica son responsabilidad de quien las escribe y no representan una posición editorial de este medio.

Martín Equihua. Periodista, sociólogo, maestro en políticas públicas, exdiputado federal.

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