Héctor Tapia / Metapolítica
Morelia, Michoacán.- En cualquier momento, los afines a Ana Lilia Guillén Quiroz serán desalojados de la casona que venía operando como oficina de Morena Michoacán, hasta antes de que cambiara de sede con el arribo de la dirigencia de Juan Pablo Celis Silva.
“En cualquier momento viene la fuerza pública a echarnos de aquí”, refirió este inicio de semana Guillén Quiroz, quien se asume como dirigente del partido, pese a que las autoridades electorales, tanto el Instituto Nacional Electoral (INE) como el Instituto Electoral de Michoacán (IEM) otorgaron el reconocimiento como dirigente a Juan Pablo Celis.
La denuncia de la falta de pago el edificio, localizado en la calle Vicente Guerrero, que anteriormente ocupaba Morena Michoacán, la hizo Guillén Quiroz este inicio de semana.
“La dueña del edificio, quien tiene el contrato inmobiliario, vino a pedirnos que abandonemos el mismo, porque parece que el Comité Nacional no lo está pagando”, explicó.
Por ello, dijo, “vamos a tener una reunión con ella, pero vamos a hacer notar que es un problema político que tiene que resolver el nacional, para que sigamos aquí y dejen de acosarnos”.
A consideración de Ana Lilia Guillén, tanto la dirigencia que encabeza Juan Pablo Celis, como la que ella dice encabezar, están en la misma situación, “en el limbo jurídico, porque el INE aún no los reconoce”, pese a que la autoridad electoral local sí reconoce a Celis Silva.
“Se nos maltrata por no ser sumisos ante quien tiene el poder, y hacemos un llamado de atención a los militantes para que sepan que en cualquier momento viene la fuerza pública y echarnos de aquí”, remarcó.
