Por Roberto Pantoja Arzola
En cumplimiento con la normatividad, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público ha dado a conocer los Precriterios Generales de Política Económica 2024. Este documento sirve para orientar el diseño del gasto público y la política fiscal alineándolos a una expectativa de crecimiento económico, de inflación, de tasa de interés, de tipo de cambio entre otros indicadores.
La autoridad hacendaria ha mantenido la expectativa de crecimiento económico en un rango que para muchos analistas es optimista. En este sentido, se espera que la economía mexicana crezca un 3.0% en 2023 y 2024, con un rango de crecimiento que va de 2.2 a 3.0% en 2023 y de 1.6 a 3.0% en 2024.
Esta expectativa positiva se sustenta en un desempeño dinámico de la economía durante el cierre de 2022, llevándola a una tasa de crecimiento histórica de 3.1%, muy a pesar de un entorno global comprometido. El principal motor de esta expansión se encuentra en la reactivación del consumo interno que creció 6.5% siendo esto la expresión de un mercado laboral que continúa consolidándose con niveles históricamente bajos de desempleo.
La disciplina fiscal sigue siendo un rasgo distintivo del gobierno del presidente López Obrador y los precriterios perfilan el sostenimiento de esta fortaleza. Hacienda seguirá apostando por mejorar su eficiencia recaudatoria, logrando incrementar los ingresos tributarios como proporción del PIB en 2.3 puntos porcentuales.
Del mismo modo, el documento comentado abunda sobre la orientación de la estrategia de bienestar que ha desplegado la administración lopezobradorista, manteniendo la expansión de la inversión pública con obras de infraestructura que tienden a superar los desequilibrios regionales heredados del anterior régimen, fortaleciendo el mercado interno y creando condiciones para capitalizar el proceso de relocalización de inversiones que está ocurriendo a escala mundial.
El optimismo económico está entonces más que fundado en condiciones concretas que permiten prever que el país eludirá la amenaza de recesión, aunque hay riesgos latentes. La fortaleza de las finanzas públicas y las reservas internacionales son amortiguadores que dan solidez a la expectativa de crecimiento y que permitirán soportar posibles impactos negativos externos.