Por Roberto Pantoja Arzola
El ex subgobernador del Banco de México, Gerardo Esquivel, presentó recientemente un estudio que da cuenta de la reducción de la pobreza laboral en el país en lo que va del sexenio del presidente López Obrador. A pesar de las complicadas circunstancias económicas que han derivado de la pandemia, esto parece ser un gran logro de la administración obradorista que ha logrado reducir esta cifra en 2.2 por ciento.
La pobreza laboral es un indicador que refleja la proporción de personas ocupadas cuyos ingresos originados en sus empleos no les permite cubrir el costo de la canasta alimentaria básica. Resulta revelador que el impacto que ha tenido este indicador deriva de la intensa política de mejoramiento de los salarios que ha impulsado el presidente López Obrador que ha permitido la recuperación de la capacidad adquisitiva de los ingresos de los trabajadores en México.
Durante la era neoliberal, a pesar de tener tasas de crecimiento económico superiores a las que ha tenido la actual administración, esto no se vio reflejado en una menor pobreza laboral. El país crecía ligeramente pero no se generaban ingresos suficientes que permitieran a los trabajadores solventar sus necesidades básicas.
Un dato interesante que arroja el análisis hecho por el economista en cuestión es el hecho de que la tasa de pobreza laboral entre los adultos mayores de 65 años tuvo una drástica reducción de 10 puntos porcentuales de 2018 a 2022. Detrás de esto pueden encontrarse las pensiones que brinda el gobierno federal que garantizan un ingreso mínimo que quizá estimule a los adultos mayores que laboran a que dejen de hacerlo y por lo tanto se reduce la población de más de 65 años que están en el mercado laboral.
La política de justicia social del gobierno de la Cuarta Transformación está comenzando a concretarse en realidades y en cifras que dan cuenta de logros importantes. Es probable que los datos que dará a conocer Coneval en agosto próximo reflejen una reducción considerable de la pobreza en el país, reflejando con mayor intensidad el impacto de los programas integrales del bienestar impulsados en el actual gobierno.
Es importante no perder de vista el contexto global en el que está inmerso el país caracterizado por un proceso inflacionario histórico y también por las implicaciones económicas y sociales de la pandemia que llevaron a la desarticulación de las cadenas de abasto y a la pérdida de empleos y producción.