Por Oscar Carbajal
Más allá de si nos caiga bien o no, alguna de las personas que se encuentran encaminados a buscar una candidatura presidencial, debemos ser conscientes que esta simulación no es otra cosa más que un cumulo de actos que violan la ley. Aquí podemos decir que la reforma electoral no se llevó a cabo en el papel, pero en los actos, vaya que han cambiado muchas cosas, de manera incorrecta, no quito el dedo del renglón.
Si somos sinceros, la carrera por la silla presidencial inicio desde hace semanas, primero con las “corcholatas” y ahora, con los aspirantes del Frente. La ley señala que, nadie por su propia cuenta o por terceros, podrá promocionarse de tal manera que afecte al principio de equidad en la contienda electoral, cuestión que vemos, ha sido dejado de lado por partidos políticos, funcionarios públicos y personas que buscan la titularidad de la Presidencia de la República. Por más que, muchos de estos digan “que no saben de donde salieron tantas bardas o espectaculares”, reciben un beneficio, y aquí es donde las batallas legales cobran sentido para detener esta promoción ilegal.
Entiendo que la simulación generada en torno a buscar a la persona que se encargara de coordinar los trabajos de la cuarta transformación, fue algo que se dejó caer como balde de agua fría sobre la oposición, con tanto tiempo de antelación a los tiempos que legalmente están establecidos y lanzando a seis personas a una campaña que se mueve por todo el país; lo que no dejó más solución que seguir con las mismas acciones y crear movimientos que lleven a promocionar sus posturas, para no perder espacio en campañas de aire y en territorio.
El INE y el Tribunal Electoral, ya se han pronunciado al respecto de estas cuestiones señalando que son válidas las medidas cautelares que van encaminadas a detener tanta promoción, bajo el argumento que estamos en presencia de actos que atentan en contra de los principios democráticos que tenemos como nación. Sin embargo, pareciera que a nadie le interesa, que lo importante aquí es estar en boca de todos y ganar mucho o poco, espacio dentro de las preferencias de la gente. Y ha resultado, hoy la oposición ha ganado espacios a la cuarta transformación en las mesas de análisis, desde la casa, hasta los foros de debate televisados.
No podemos negar que, estamos envueltos en un relevo de presidencia totalmente atípico, con batallas que se libran por conseguir bardas limpias y tapizarlas a favor de una propuesta, promocionar libros, revistas o entrevistas que pocas veces, habían dado a conocer en sus editoriales, cuestión que nos lleva a señalar de nueva cuenta que, el gasto y la operación que se está dando en esté pre proceso electoral, ha mostrado que los recursos económicos y sociales estarán a la orden del día para ganar.
En ese lapso, y mencionando que el título de este texto va encaminado a que de verdad, aunque no nos guste, debemos reconocer que la ilegalidad se ha vuelto el común de nominador en el sistema electoral hoy, debido a que, todos reconocemos que hay promoción indebida, que hay simulaciones y que al solo momento de decir “voy a ganar la presidencia de la república” “seré presidente o presidenta”, es motivo suficiente para que se sancione a las personas que se encuentran detrás de estas campañas ilegales, tanto así que han sido motivo de discusión día a día en “la mañanera”, al grado de señalar a quienes son los presidenciables.
Consejerías del INE han mencionado que ya se está poniendo en riesgo el proceso electoral y que, la ilegalidad que se ha acreditado, será revisada por este órgano y por el Tribunal Electoral, lo cual es correcto, y como lo dije, la cantidad de recursos económicos que se han utilizado, deben ser tomados en cuenta para la fiscalización de los y las candidatas, recordemos que la fiscalización no perdona y puede acabar con candidaturas.
Existe un detalle aquí, y es que la ley ha señalado que mientras no se tengan las palabras mágicas como vota, apóyame, no se podría acreditar al cien por ciento esta violación, motivo que ha desatado batallas legales en tribunales, buscando que de verdad se entienda que no hay necesidad de que aparezcan estas palabras para entender que el significado que se da en la publicidad, es la única, querer ser presidente o presidenta de la república.
Lo triste aquí es que no dejaremos de ver esta manera de tapizar al país con publicidad durante todo el año que resta hasta que se lleve a cabo la jornada electoral del próximo 2 de junio de 2024. Y también, debemos estar conscientes que las cosas en política pueden cambiar bastante, sin embargo, repito, a pesar de que compartamos una ideología con alguna o algún posible candidato, como ciudadanía, lo que nos toca es reconocer que son actos ilegales, y a ellos, reconocer que se están generando actos que pondrán en tela de juicio la certeza y equidad electoral.
Las opiniones emitidas por los colaboradores de Metapolítica son responsabilidad de quien las escribe y no representan una posición editorial de este medio.
