Por Héctor Tapia
Las elecciones se ganan con votos, y para obtener votos no sólo basta con simpatías y percepción de parte del electorado, también, y la historia se ha demostrado, tiene que ver con estrategia y estructura.
Es decir, no basta con hacer bien o no un buen gobierno, para repetir en un cargo o para ganar una elección. Para construir un triunfo electoral mucho tiene que ver con la habilidad política de anticiparse y construir buenos acuerdos con liderazgos que influyen o inciden en diversos sectores.
Los gobernantes tienen sus crisis, y es normal y natural; el ejercicio del poder desgasta. Algunos las saben librar y otros simplemente van de error en error; pero, casi todos, tienen altas y bajas que van moldeando, sí, la percepción del electorado, que al final incide pero no determina el resultado de una elección.
No significa que aquel que no forma parte de un partido, grupo, o corriente política, no pueda inclinar la balanza; sí lo hace. Pero el grueso del votante se agrupa en corrientes y expresiones que van avanzan conforme al liderazgo con el que más relación tienen, y las determinaciones políticas que éste o ésta tome.
Vamos ahora al particular. Morelia es considerada como la joya de la corona electoral del estado. Cierto. Pero ¿cuáles son los factores que se tendrán que tomar en cuenta para ir dibujando al perfil del gobierno que administrará el periodo 2024-2027?
Son varios, diversos, los aspectos que se tendrán que tomar en cuenta, y es a partir de ello que se podría advertir si Alfonso Martínez Alcázar, actual alcalde, repetiría en la administración municipal, o si será “destronado” por quien impulse la llamada Cuarta Transformación en la capital; hasta ahora muchas voces coinciden y se han decantado porque sea Luis Navarro García el que enfrente al presidente municipal en la contienda.
Falta más de medio año para esta definición de candidatura. Cierto. Pero todo si quieren tener éxito se tienen que ir preparando y perfilando, incluso por un eventual cambio de intención.
Si bien es cierto, por un lado, que el nivel de aprobación que tiene actualmente Alfonso Martínez no es menor, que también enfrenta crisis, fundamentalmente de seguridad en lo local, y algunas generadas por la decisión de cerrarse a la coordinación con el estado, esto no bastará para que pueda repetir en el encargo, como ha trascendido buscaría.
Para que la oposición al oficialismo en Morelia vuelva a ganar necesita, forzosamente, sumar en la alianza al Partido Revolucionario Institucional (PRI), que en la contienda pasada no le acompañó, y es uno de los partidos que más estructura tiene en la capital, y que a mes y medio de que inicie el proceso electoral actual, se sigue observando renuencia por acompañarle.
Al presidente Alfonso Martínez no le alcanzará un PRD cada vez más disminuido en Morelia, y un PAN que si bien tiene importante presencia en la capital, no es suficiente; en la contienda que le llevó al triunfo, en el 2021, lo que pesó más fue la propia marca del entonces candidato y ahora alcalde.
En la parte de enfrente, en la alianza de Morena, PT y el Verde, donde más perfiles habrán de levantar la mano, seguramente, además de Luis Navarro, titular de Finanzas y Administración del Estado, que es alrededor de quien muchas voces se vienen decantando, el reto es mayor.
Pueden ganar la capital michoacana, sin mayores problemas siempre y cuando los tres partidos de dicha alianza entiendan que el proyecto general está por encima del interés particular. Es decir, que privilegien la unidad, y respeten los resultados de las encuestas que habrán de realizar para definir a su candidato o candidata.
Y es aquí donde se desvela el principal y único reto que tiene la alianza oficialista, llegar sin rupturas; aspecto que si bien no es imposible, sí se antoja complicado observando el tipo de construcción política que tienen varios de los actores de este movimiento; por un lado a un Reginaldo Sandoval con un Partido del Trabajo que ha dejado claro que presionará, al borde del rompimiento, si no logra imponer parte de sus reglas; por otro, varios morenistas que también han comenzado a adelantar rupturas si las condiciones que se van construyendo no les favorecen.
Sobre los morenistas vemos a actores como Juan Carlos Barragán que insiste en la postulación de Morelia, intención que arrastra desde que era parte del Partido de la Revolución Democrática (PRD); perfil que, como ha hecho en otras ocasiones, se advierte presionaría hasta el final para buscar ser él el candidato para la capital michoacana.
Volviendo a la confrontación de proyectos por Morelia, sobre quién gane la elección, o si la reelección o la alianza oficialista, dependerá por un lado de las alianzas que logren construir con liderazgos, y los acuerdos que establezcan, pero también la unidad que en los hechos demuestren.
Ahora, ¿por qué será relevante esta elección por venir para la capital michoacana?, es simple: está en juego la gubernatura en el 2027.
Por un lado, está la aspiración de Martínez Alcázar por el Solio de Ocampo, que si gana una eventual reelección, tendrá amplias posibilidades de construir una eventual candidatura rumbo a la gubernatura, como el principal perfil actual de la oposición en Michoacán. Y si pierde, se le complicaría de forma sustancial mantenerse en la agenda pública cotidiana.
Por el otro lado, está el proyecto de la cuarta transformación, con Morena, PT y Verde, que si gana la capital michoacana tendría posibilidades de reforzarse electoralmente, desde Morelia, para el relevo de la gubernatura.
Sin embargo, si pierde Morelia, la complicación de dar continuidad a su proyecto en Michoacán estará en juego frente a un actor como Alfonso Martínez que no desaprovechará oportunidad alguna para ir sumando cuadros y simpatías.
